Un estudio realizado por la Confederación General Empresaria de la República Argentina, que tomó el mismo consumo entre Marzo de 2015 y Febrero de 2018, estableció que se necesita un incremento promedio de entre 8 y 14 veces en la cantidad de ventas necesarias para cubrir el costo energético.

La unidad de medida para establecer estos guarismos que se basó las unidades de productos necesarias en cada momento para pagar la factura de energía. El estudio se hizo tomando empresas de los distintos sectores de la producción.

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Los dirigentes de CGERA manifestaron que las facturas anteriormente no eran equivalentes al costo real, y que este incentivo para la industria debía reducirse. Pero al mismo tiempo reclaman que debió haberse realizado un estudio sobre el impacto que el aumento de las tarifas tendría sobre la producción y el empleo.

El relevamiento realizado por la entidad pone en evidencia ese impacto, que no es parejo para todas las industrias, sino varían entre nivel de actividad y automatización, siendo estas últimas las que más sufren el aumento.

Es así como una industria Petroquímica que necesitaba vender 20 litros de aceite hidráulico para pagar su factura de luz en el 2015, en el 2018 necesita vender 390 litros del mismo producto para pagar su factura; es decir 14 veces más.

La industria textil también mostró valores alarmantes: cuando una empresa en el 2015 necesitó vender 16 mil metros de tela tul para pagar su boleta, en 2018 los mismos KW le costaron la venta de 200 mil metros.

Los proveedores de indumentaria, mostraron una situación peor, de 1000 cierres que tenían que vender en el 2015, pasaron a 14 mil en el 2018.

La lista sigue con herrajes de muebles: Manija de Laca, 1.744 contra 12 mil actualmente, y números similares para los sectores de papelera, marroquinería, farmacéutica, metalmecánica, tintas graficas, y varios más.

Los empresarios que aportaron sus datos resaltaron la dificultad que hay hoy en colocar los productos, lo que complica aún más la posibilidad de pagar la energía, los salarios y la carga impositiva, para luego poder tener algo de rentabilidad.

Para hacer el estudio se tomaron los precios de venta de cada uno de los productos al momento de la factura que se quería comparar, fue así que surgió que el aumento promedio de estos sectores, desde marzo de 2015 fue del 62%, bastante por debajo de la inflación y muy lejos de los aumentos tarifarias Es por esto que los empresarios concluyeron que es totalmente falso que la apertura de importaciones vaya a detener la inflación, puesto que los costos que más crecen están por fuera de sus fábricas.