Por Marina Vidal y Marcelo Chibotta

La mención de su apellido remite inmediatamente al ex canciller de Cristina Fernández de Kirchner, Héctor, y a Jacobo, quien fuera director de «La Opinión», el prestigioso diario de los 70.

El consultor político Raúl Timerman, primo y sobrino respectivamente de de ellos, visitó Rosario en ocasión de la presentación de su libro «Quiero ser candidato» y conversó con Conclusión TV

Durante la entrevista, el consultor señaló, entre otros conceptos, que «las campañas electorales con lo más parecido a la guerra y que en la guerra, la primera víctima es la verdad».

También habló de su colega Jaime Durán Barba, a quien valoró porque tiene un método científico orientado «a la comprensión de las expectativas de la gente», y que trata de «investigar cuáles son las motivaciones que pueden llevar a la gente hacia uno u otro lado».

Cuando lo dicho off the record se vuelve imperdible

La luz roja encendida indicó que en el estudio de Conclusión TV estaban “al aire”. Al lado, pegaditos, los periodistas cocinábamos las noticias de la agenda diaria cuando sorpresivamente se abrió la puerta y luego de una rápida presentación teníamos a Raúl Timerman sentado en una de las sillas de la redacción “haciendo tiempo” para que llegue su turno de ser entrevistado.

Las teclas dejaron de sonar, nos miramos entre todos, no sabíamos si seguir escribiendo porque nos invadió la necesidad (propia del periodismo) de preguntar. La noche anterior, ese hombre que allí esperaba, había presentado su libro “Quiero ser candidato”…y… ¿cómo no preguntarle?, si estaba ahí, cruzado de piernas para que nosotros nos tentemos a “exprimirlo a interrogantes”.

¿Qué tal la presentación?, fue la primera pregunta casi obligada pero cuya respuesta no era en realidad la más requerida. Así empezó la charla. De pronto nos encontramos todos los que en ese momento estábamos trabajando, en ronda, simulando esas conversaciones que se dan cuando viene un pariente de lejos a contar sus anécdotas, casi como una capacitación que brinda alguien a quien admirás.

Y así continuamos… ¿por qué ganó Macri?, ¿por qué perdió Cristina?, ¿Qué pasó con Randazzo? La conversación duró quizá más de una hora, pero pasó volando. Que “la campaña de Cambiemos fue realizada con una excelente inteligencia política de la cual participaron 150 personas”, que comparada con la de Scioli fue “hecha por especialistas contra veinte amateurs”, que la campaña del macrismo “es una de las mejores campañas políticas de la historia”…fueron algunos de los conceptos que se desprendieron.

Una anécdota que Timerman contó nos quedó a todos en la memoria y decía algo así; «Me acerqué al escritorio de Cristina Fernández de Kirchner y encima de la mesa descansaba una revista en cuya tapa aparecía Daniel Scioli (candidato en ese momento a presidente)  y su entonces mujer Karina Rabolini. Las palabras de la ex presidenta fueron: `Decile a Daniel…que no quiero aparecer en la tapa de Gente…yo quiero ser tapa de Billiken». El autor del libro terminó de contar dicha historia y sonrió. Se hizo silencio por unos segundos y la charla continuó.

Sobre la ex presidenta, también comentó cómo fue el primer encuentro con su asesor Antoni Gutiérrez-Rubí, quién es catalán y experto en redes sociales. «Cristina no se deja asesorar por nadie, ella toma las decisiones y no es permeable», comenzó contando Timerman y al momento continuó: «Cuando se reunió con el catalán, se sentaron cara a cara y ella le dijo: a ver…(realizando el gesto de que escuchaba lo que iba a decir pero reticente) a lo que el contestó: Mirá Cristina…yo no te voté, ni te votaría. No me gustás…ni me gustarás. Yo te puedo decir que te conviene políticamente en la campaña y lo que te va a dar resultado». Antoni Gutiérrez-Rubí se convirtió en su asesor.

«Cristina es mala estratega política en comparación de Néstor. Cristina se abusó de las cadenas nacionales, pero a Macri le falta más comunicación con la gente y contar cómo se está trabajando, lo que está bien y lo que está mal», analizó.

¿De donde sale el dinero de las campañas?, ¿cuánto costó la de Cambiemos?. El autor y consultor político explicó: «Les doy un ejemplo. Durante la campaña de Macri se realizó una cena cuyos fondos eran para la campaña. El cubierto costaba 50.000 pesos. La mesa, 500.000. En esa cena se recaudaron 180 millones de pesos que fueron para la campaña».

Luego de eso recordó que anteriormente los políticos debían pagar a los medios, hasta que «Néstor (Kirchner) perdió con De Narváez- que ponía plata en todos los medios para su campaña- y luego sacó la ley de espacio gratuito cedido a… para que todos los partidos hoy en día tengan el mismo tiempo en los medios para su campaña».

Al preguntarle si en una campaña seguía sirviendo la foto del candidato en el barrio humilde tomando mate, Timerman contó una historia de un pueblo, donde en el medio de la nada se veía un cartel «Queremos promesas» y analizó: «la gente quiere promesas». Después quisimos saber su opinión de la falta de propuestas en campaña y fue contundente: «El único que hizo propuestas en las elecciones fue Massa…y le fue mal».

Hablando un poco de actualidad dijo que Rodríguez Larreta trabaja «todo el día y hace cosas continuamente, como el laburo que está haciendo en la villa 31» y sin embargo «Macri no le tiene la misma confianza». ¿Y Maria Eugenia Vidal?…»Es la diosa en Buenos Aires», contestó.

Las preguntas continuaron, la conversación convertida en entrevista grupal siguió y se terminaba el tiempo. ¿Qué pasará en 2019?, quisimos saber. «Si hoy hubiese una elección, Macri le ganaría a Cristina 70/30. Si el peronismo no se une con todos sus bloques de verdad…Cambiemos va a seguir ganando. Hoy el peronismo no tiene un candidato que dé pelea. Eso sí…a todos les conviene que Cristina esté…y que no también…esto es con y sin Cristina».

Lamentablemente (o por suerte quizá), ninguno de los periodistas atinamos a encender un micrófono, prender un grabador. Por lo cual, de nada de lo escrito anteriormente hay pruebas que lo confirmen. Lo aclaro, por las dudas algún lector se pregunta sobre la veracidad de lo dicho. En ese caso, a quien convendría preguntarle ¿al personaje o a la fuente?