Un lobo marino apareció en la ribera de Quilmes, provincia de Buenos Aires. Unos hombres lo encontraron, se lo quedaron como mascota y hasta pidieron plata para soltarlo.

Tras la aparición del mamífero dos hombres lo secuestraron, se lo llevaron a la casa y lo pusieron en una jaula en una pileta para lavar la ropa. No contentos con ello, pedían dinero para liberarlo.

Según los vecinos, los hombres buscaban ganar dinero con el animal, al cual secuestraron por varias horas en su casa.

Sin embargo, frente a las múltiples denuncias se presentó en el lugar una asociación proteccionista de animales y convencieron a los hombres de que lo liberarán.