Por Emilia Delfino y Sandra Crucianelli para Perfil.com

Corrían días de tensión en las oficinas del estudio panameño Mossack Fonseca. La filtración Panamá Papers había dejado expuestas las maniobras de la firma para ayudar a los poderosos del mundo a ocultar su patrimonio y movimientos de dinero. Las intimaciones judiciales llegaban desde distintos países y los abogados admitían en sus correos electrónicos que no podían contestar los requerimientos porque sus bases de datos no eran más que un colador. Estaban llenas de agujeros. En ese contexto, el caso que involucró al presidente Mauricio Macri no hizo más que aumentar la tensión entre los abogados del estudio.

Reuniones con el intermediario en Uruguay y hasta e-mails exhibiendo las presiones al contador Santiago Lussich para que fabrique un documento antedatado adjudicando la sociedad Fleg Trading a Franco Macri, y despegar así a su hijo mayor, son algunos de los mensajes internos que retratan días frenéticos. Así surge de las nuevos documentos obtenidos por el diario alemán Süddeutsche Zeitung y compartidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) con más de cien medios de todo el mundo, entre ellos PERFIL. 2016.

Panamá Papers salió a la luz en abril de ese año. Casi tres meses después, Islas Bahamas requirió a Mossack Fonseca documentación sobre la compañía Fleg Trading, creada en dicha jurisdicción, para contestar un exhorto a la Argentina. La información había sido solicitada en abril por el juez en lo Civil Andrés Guillermo Fraga, a pedido de los abogados del Presidente. El magistrado estaba a cargo de la causa iniciada por el propio Macri contra su padre, Franco.

Tras las primeras revelaciones, el hijo había quedado expuesto como director de la offshore, creada en 1998, cuando era ejecutivo de Socma. Entonces, el mandatario había exigido a su padre ante la Justicia que admitiera que Fleg Trading era exclusivamente de él y así poder ser desvinculado del escándalo, y de la causa penal por presunto lavado y omisión maliciosa en su declaración jurada.

Entre la documentación que el juez civil requería, Mossack Fonseca debía remitir la constancia de quién o quiénes eran los accionistas y beneficiarios finales de Fleg Trading. Entonces, los abogados del estudio comenzaron a intercambiar correos electrónicos en los que admitían que no tenían los papeles de la compañía en orden. La constancia de los accionistas estaba en blanco. No había ningún registro de que Mauricio Macri hubiera renunciado como director de la offshore a fines de 1998, como alegaba el Presidente. El estudio panameño estuvo en contacto con sus oficinas en Uruguay, lazo directo con el representante de la familia Macri, el contador uruguayo Santiago Lussich Torrendell. Según los e-mails que ahora salen a la luz, Lussich informó a Mossack Fonseca que en la creación de Fleg Trading -el 31 de marzo de 1998- “trató con Franco Macri”.

Desde 2000, la legislación de Bahamas exigía a estudios mantener un registro interno de los beneficiarios finales o verdaderos dueños de la sociedades. Pero la documentación sobre Fleg Trading nunca había sido completada. “A pesar (de) que en diversas ocasiones solicitamos al cliente el registro de accionistas, nunca lo envió y esa información no consta en nuestro expediente. Tampoco tenemos información del beneficiario final, responder -al juez- sin esta información puede traer problemas”, advierten los panameños en un correo interno.

Mauricio Macri sostiene que en octubre de 1998 dejó de integrar el directorio de Fleg Trading. Ese cambio, nunca fue informado al registro comercial de Bahamas. A principios de septiembre de 2016, una ejecutiva de Mossack Fonseca en Uruguay explica en un correo a sus colegas en Panamá: “En el caso del (expediente) civil, el abogado de los Macri le pidió al Cr. Lussich ver la posibilidad de dar la mayor y completa respuesta posible de manera de que no se tenga que seguir con el proceso por falta de alguna información y estirar el proceso con las idas y venidas de más exhortos”.

El tiempo corría y la fecha para enviar la documentación estaba por vencer. Ante la demora de Lussich en cumplir con el pedido, el 29 de septiembre la ejecutiva de Mossack Fonseca en Panamá le insiste a su colega en la filial uruguaya: “Nos tiene que decir quien es el BO (beneficiario final) o de lo contrario, declararemos que son los directores. Y no de oído; hazlo firmar un documento con su puño y letra y dile que será entregado como parte de la solicitud. Que le dé miedo mentir”. En dicho intercambio una ejecutiva informa a sus colegas que el contador uruguayo debía firmar una carta informando a Mossack Fonseca que el beneficiario final de Fleg Trading era Franco Macri, pero la misiva debía estar datada en 1998, 18 años antes de la redacción de dicho documento.

 

Sin embargo, Lussich se negó a antedatar la carta, temeroso de que pudiera filtrarse y que una pericia caligráfica comprobara la puesta en escena. “Le pareció mucho riesgo el presentarnos una carta de puño y letra cuando esa prueba podría ser refutada por un perito caligráfico fácilmente ya que de la fecha de la compra a ahora es mucho tiempo”, agregó la ejecutiva de Uruguay. “Con fecha actual no tiene problema en firmarla”.

La ejecutiva volvió a la carga el 5 de octubre. “Si no hay carta, tendremos que decir que el BO (beneficiario final) es él”. Al día siguiente, la oficina de Mossack Fonseca en Uruguay respondió: “Me llamó el cliente (por el contador Lussich), me dijo que podía enviarme la carta con fecha actual confirmando que cuando compró la sociedad fue a pedido de Franco Macri”. “Que responda y mande lo que pueda enviar certificando quién es el BO, pero que mande algo”, responden desde Panamá.

La respuesta. Finalmente, el 12 de octubre de 2016, Mossack Fonseca responde el pedido: “Conforme a la información que reposa en el expediente de la sociedad, no nos consta de que Mauricio Macri fue accionista o beneficiario final de la sociedad. (…)Tampoco nos consta que la sociedad mantuvo cuentas bancarias en su nombre”, señalan. En cuanto al pago de la anualidades de la sociedad, Mossack Fonseca agregó: “Dejó de pagar(las) sin brindarnos motivo alguno”.

El estudio envió la carta firmada por Lussich informando que había adquirido la sociedad Fleg Trading en 1998 “a pedido de Francisco Macri”. Fecha: 4 de octubre de 2016. Además, adjuntan los documentos corporativos de la compañía que reunieron desde su creación hasta la fecha del envío. Según los certificados, al momento de su constitución, Macri, su hermano Mariano y su padre figuraban como directores. No hay un registro posterior del cambio de directorio y el formulario de accionistas -que debiera incluir los nombres de los dueños- está sin completar.

También envió  un certificado de que Fleg Trading no tuvo actividad, y que no tenía pasivos ni activos. Algo que se demostró que no era así. Fleg Trading tuvo movimientos de acciones y capital hasta 2007 y formó parte activa de un entramado de sociedades del Grupo Macri durante casi una década. Fue utilizada para el movimiento de dinero y acciones en el exterior que pasaban de compañía en compañía dentro del mismo grupo empresario. Movió US$ 9 millones y fue el vehículo para desembarcar con el negocio de Pago Fácil en Brasil.

El resultado. En base a la documentación reunida por Mossack Fonseca, a la carta de Lussich y a documentos presentados por los abogados del Presidente (entre ellos, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, uno de los operadores judiciales del Poder Ejecutivo), el juez Andrés Fraga dictaminó el 21 de septiembre de 2017 que Macri «no fue socio ni accionista» de Fleg Trading y que «no percibió dividendos ni ningún tipo de utilidades ni ganancias» de las firmas offshore Fleg Trading y Kagemusha, otra offshore de Panamá incluida en la investigación.

Franco presentó entonces copia de sus declaraciones juradas tributarias desde 1998 a 2005 en las que admitía como propia el 100% de la sociedad offshore por un valor de US$ 1.950, según fuentes de Socma. Además agregó un documento con el cambio de directorio de Fleg Trading con fecha 15 de octubre de 1998, con las firmas de puño y letra de los tres ejecutivos de Socma que asumieron en nombre de Mauricio y Mariano. No presenta sello con la fecha.

En el fallo, Fraga sostuvo que el Presidente «sólo aceptó el cargo de director para el que fue designado por Francisco [Franco] Macri, al solo y único efecto de designar un reemplazante y renunciar». De esta manera, el padre del Presidente quedó como el responsable ante la Justicia de la creación y las operaciones que realizaron las sociedades offshore.

Meses antes, en abril de ese año, el juez Casanello había descartado la hipótesis de lavado de activos, y enviado una parte del expediente al fuero Penal Económico, para que investigue si hubo evasión impositiva, y otra al juzgado criminal 20, para determinar si Macri había incurrido en omisión maliciosa de esas offshore en sus declaraciones juradas como jefe de Gobierno.

La causa en el fuero Penal Económico sigue abierta en el juzgado de Diego Amarante y la investigación está delegada en la fiscal Gabriela Ruiz Morales.

El equipo argentino que trabajó en la continuación de Panamá Papers con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) está integrado por Hugo Alconada Mon, Maia Jastreblansky, Iván Ruiz y Ricardo Brom (La Nación), Mariel Fitz Patrick (Infobae), Emilia Delfino (Perfil) y Sandra Crucianelli (para Perfil). (Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de «share» o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a [email protected]