La siempre vigente Mafalda, uno de los protagonistas de la comedia televisiva «Amigos son los Amigos», el intérprete brasileño que cantó su deseo de tener «un millón de amigos» y el creador de Inodoro Pereyra son los personajes más asociados con la amistad entre los mayores de 25 años, según una encuesta realizada por la consultora de mercado TrialPanel, que confirma qué tipo de vínculo se relaciona fundamentalmente con la «solidaridad».

De los que respondieron afirmativamente a la pregunta abierta y no codificada «¿relacionaba algún personaje con la palabra amistad?», el 12 por ciento dijo asociar este vínculo con Mafalda, otro 12 por ciento lo relaciona con «Carlín» Cantoni (el personaje de Carlos Andrés Calvo en «Amigos son los amigos»), el 6 por ciento con el cantante brasileño Roberto Carlos (por su deseo cantado de tener «un millón de amigos») y el 5 por ciento con el escritor y dibujante rosarino Roberto Fontanarrosa, uno de los que más ha tratado, en su obra, el tema de la amistad..

Más atrás quedaron el personaje «Minguito» que encarnaba el fallecido actor Juan Carlos Altavista (4 por ciento) y Woody, el sheriff de la película animada «Toy Story» (3 por ciento).

«En la amistad interviene la compasión no posesiva del otro que siembra solidaridad y todos estos son personajes que hacen eso y que tienen empatía por el otro», aseguró el médico psicoanalista y autor del libro «Amistad, una hermandad elegida», Luis Kancyper.

Por su parte, la directora de TrialPanel, Adriana Castagno afirmó que en Mafalda, «una niña con un grupo de amigos muy diverso», lo que se pondera es la unidad de esa «barrita» que conforman con Manolito, Felipe, Susanita, Guille y Libertad, a pesar de que tienen «formas muy diferentes de ver la vida».

«Mafalta es un ícono de la historieta argentina, que lo leí yo y lo lee mi hijo de 12 años, y depende de la edad que lo leés encontrás cosas distintas», dijo.

A Carlín, el personaje que Carlos Calvo encarnaba en aquel recordado programa de los ’90 que llegó a tener 56 puntos de rating, lo eligieron los mayores de 35, por razones de edad. «Todos veían el programa, que fue muy característico de la época, y como apuntaba todo el tiempo a la amistad, hasta con la música, es muy dificil desasociarlo», dijo.

Y mientras amistad y Roberto Carlos son sinónimos para algunos de los entrevistados por su famosa canción «Un millón de amigos», la asociación de Fontanarrosa con la amistad se da a dos niveles: por un lado, su personaje más recordado, el gaucho solitario Inodoro Pereyra, tiene un compañero inseparable, el perro Mendieta; pero, por otro, el dibujante y escritor «también hizo un culto de su amistad con sus amigos de Rosario», afirmó Castagno.

La misma encuesta reveló que 9 de cada 10 encuestados festeja el Día del Amigo, ya sea reuniéndose en torno a una picada, pizzas o asado, un momento que el 54 por ciento de la gente acompaña con cerveza. «Dependiendo del poder adquisitivo, en lugar de salir a tomar una cerveza las reuniones pueden ser en una casa: la dinámica puede cambiar pero, en general, se festeja el mismo día, aunque sea un ratito», afirmó Castagno.

No obstante, como «festejan los padres y los hijos», a veces los más grandes posponen su propia reunión «para hacer de remiseros» de los adolescentes para que sean ellos los que usen la casa de lugar de encuentro, dado que este año la fecha cae en vacaciones de invierno y en día laborable.

Tras recordar que el Día del Amigo es una celebración de relativamente reciente incorporación al calendario de fechas que se celebran reuniendo afectos, el psicólogo Kancyper interpretó que esta festividad se ha instalado con fuerza porque «es un momento de encuentro con el otro y con uno mismo» , que permite «romper con la rutina temporal, para unir pasado, presente y futuro».

«Hay una frase muy interesante de Francis Bacon, que dice que el amigo duplica las alegrías y divide las tristezas por la mitad, y es así, por eso la gente celebra su existencia«, dijo este miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina y de la Asociación Psicoanalítica Internacional.

Para Kancyper, cinco son las funciones básicas de la amistad: tiene un valor ontólogico, uno estructurante, uno defensivo, uno sustitivo y una función elaborativa.

«Tiene un valor ontológico, porque el amigo me devuelve un sentimiento de pertenencia a un grupo pero también de existir y de ser: es un espejo pero diferente del padre, de la madre o de los hermanos, porque se elige», dijo.

El amigo también tiene un valor estructurante porque contribuye a formar la personalidad; defensivo, porque pone a salvo «las angustias» propias de otro tipo de vínculos al ser una relación basada «no en el dominio sino en la ternura»; sustitutivo, porque «reemplaza a la ausencia de hermanos o padres»; y elaborativo, porque «permite procesar los conflictos» que se suceden en esas otras relaciones.

Al indagar sobre la etapa de la vida de la que proviene el grupo de amigos más íntimo, el 42 por ciento declaró que éstos provienen diferentes etapas, mientras que el 29 por ciento ponen en ese lugar a los amigos de la secundaria o adolescencia, y un 14 por ciento a los de la vida adulta.

Los amigos de la adolescencia son tan importantes, según Kancyper, porque esta etapa marca «el fin de la ingenuidad» y es a través del amigo que «uno puede empezar a tomar distancia y autonomía de las figuras parentales y fraternales», adquiriendo «un sentimiento de existir y de ser».