La decisión del juez Claudio Bonadio de incinerar 60 mil unidades del plan Qunita generó cuanto menos inquietud en diferentes sectores de la sociedad.

Según pudo saber Conclusión, en Rosario se adjudicaron unas 900 unidades y existe una significativa cantidad de las mismas que están en el depósito de la Maternidad Martin sin que se puedan entregar “hasta tanto se resuelva la situación judicial”.

El secretario de la dirección de la Maternidad Martin y responsable de la administración del Plan Qunita en el efector, Fernando Burgueño, le afirmó a este medio que «desde su implementación se entregaron aproximadamente 900 kits», y que no habían recibido denuncias de niños accidentados por el uso de los moisés contenidos en los mismos.

¿Considera que los moisés entregados podrían considerarse peligrosos para los bebés?

—En realidad no teníamos contacto con el contenido, así que no puedo dar una opinión al respecto. Lo único que tenemos son las consideraciones hechas por el gobierno, que expresan que el contenido no es seguro. Pero desde aquí no hubo contacto con los elementos contenidos en los kits porque las cajas venían selladas, y selladas se las entregábamos a los beneficiarios.

—¿Tiene idea qué cantidad de personas recibieron los kits en Rosario?

—No tengo el número exacto pero serán alrededor de 900 personas.

—¿De esas 900 personas, tuvo alguna queja o antecedentes de accidentes con los moisés?

—En realidad no. He hablado con un par de personas que me han dicho que no le gustaban mucho las cremas, gente que ha venido acá acompañando a una parturienta. No tengo quejas por escrito ni denuncias de alguna madre que haya tenido problemas.

—¿Y hay algún registro de bebés que hayan llegado accidentados por el uso de los moisés?

—No, acá no tengo casos de ese tipo.

—En cuanto a los requisitos para entregar las cajas del Plan Qunita, ¿realmente servían para fomentar la atención médica y los controles prenatales?

—Bueno, esa era la idea. Que las madres se hicieran los controles prenatales y que estuviesen inscriptas en la Asignación por Embarazo, si no, no se podían entregar. Debían estar cobrando a través del Ansés la Asignación por Embarazo.

¿Y eso cómo funcionaba? ¿Resultaba efectivo?

—En el plano personal opino que no, y que era mera demagogia. Muchas de las madres que venían acá contaban que había gente que se llevaba las cajas y las vendían en los mercados de intercambio de los barrios a $4.000. También creo que estaba mal implementado porque había personas que realmente lo necesitaban y no se la podías dar porque no se habían ido a anotar en la Ansés… entonces me parece que había fallas ahí. Pero todo esto es una opinión personal, que quede claro.

—¿Y cuál es su opinión en cuanto a la resolución judicial emitida por el juez Claudio Bonadio para que los moisés sean destruidos?

—En realidad, nosotros todavía no tenemos ninguna orden ni resolución al respecto. Nos quedaron aquí una buena cantidad de kits para entregar, pero no los podemos tocar porque están judicializados. De hecho, hemos hablado hace poco con el Ministerio de Salud para ver si podíamos mover los kits porque ocupan mucho lugar en el depósito y me dijeron expresamente que no se pueden tocar y no se puede hacer absolutamente nada, porque todo eso está bajo la órbita de la Justicia. Pero hasta ahora, no hemos recibido ningún tipo de orden en relación a ese material.

Por otra parte, Conclusión consultó a María, una joven madre de 30 años que fue beneficiaria del plan en el mes de diciembre cuando tuvo su tercer hijo en la Maternidad Martin. Según su experiencia, el kit entregado resultó “de mucha utilidad, ya que eran muchas cosas las que se incluían, dos bolsos, un cambiador, sonajeros, chupete, una toalla… la cunita tenía sábanas y una frazadita, la verdad que venía muy bien”.

Respecto a la pregunta específica sobre la cuna o moisés, María explicó que “se podía usar hasta que el bebé pesara 9 kilos, que según los cálculos es el peso al que se llega en promedio a los seis meses”.

“Mi bebé es muy grandote así que la usé hasta los tres meses sin problemas”, señaló la mamá, para después completar: “La cuna quedaba sobre el piso, es decir no tenía patas, y quizás por eso la pueden criticar decir que a algunas mamás les daba cosa dejar el niño allí”.

Como el plan Qunita, pero finlandés