Este martes por la mañana tendrán lugar los alegatos finales en el juicio que se sigue, en los tribunales de San Lorenzo, por el homicidio de Any Rivero, la joven asesinada el 2 de noviembre de 2014 en el boliche Stone de Capitán Bermúdez, donde la chica trabajaba.

En dicho juicio están siendo juzgados Brian G., como instigador del homicidio e Ivan G., como autor material del crimen. Esa noche, ambos acusados habían acudido al boliche y fueron expulsados del mismo. Minutos después, volvieron en una camioneta y desataron, desde la misma, una balacera a causa de la cual la joven de 18 años perdió la vida.

En diálogo con Conclusión, Norberto Olivares, el letrado que representa a la familia de Rivero, señaló que «la tesis sobre la que trabajamos es que este homicidio es un arquetipo de la narcocriminalidad».

Olivares manifestó que «hay un punto de partida, dentro de los alegatos, que es el narcotráfico». «Si bien es una investigación por un homicidio y sabemos que no vamos a enjuiciar el narcotráfico,  nosotros no podemos huir de esa trama…  en algún momento nos planteamos y planteamos hacer una investigación integral, y lo hemos intentando».

En ese sentido, el abogado señala que: «Está claro que el tema pasa por allí, porque de 31 testigos, hay siete, o sea, casi el 25%, que han manifestado, de una u otra forma,  la relación del imputado Brian G. con el narcomercado de Capitán Bermudez. Entonces está demostrado que esto no es una mera especulación, sino que siete testimonios lo avalan. Incluso, uno de esos testimonios es el del comisario Fellio, que participó del procedimiento realizado en la casa del acusado en el cual se secuestraron armas y drogas, así que eso está más que probado».

Olivares señaló que las defensas se han destrozado entre ellas en el juicio, intentando cargarse mutuamente la responsabilidad del homicidio y señaló que se han podido probar las acusaciones que pesan para ambos acusados.

«Está probado que los dos acusados, Iván G. y Brian G. tuvieron un conflicto dentro del boliche (Stone), fueron expulsados del mismo  y a los pocos minutos volvieron en el vehículo. Y pasaron a muy baja velocidad a fin de poder efectuar los disparos. Eso se probó con las pericias correspondietnes, la velocidad a la que pasaron por allí, la cantidad de disparos, el ángulo de los disparos. Está todo más que probado», relató el letrado. Y señaló: «Por ejemplo, en su declaración, Brian G. contó que él iba rápido porque estaba huyendo de agentes de tránsito ya que no tenía en regla los papeles de la camioneta. Ese testimonio fue desbaratado por la pericia realizada que prueba que iba a 28 kilómetros por hora».

Olivares señaló que su alegato apuntará a que este es un «caso de narcocriminalidad». «Había una convergencia previa de los imputados, hubo un plan para retornar al lugar y para matar,  y hubo un plan para profugarse y mantenerse en contacto. Ese plan está probado por lo que hicieron después del hecho, huyeron, se ocultaron, ocultaron las pruebas y siguieron en contacto entre ellos», explicó el abogado.

En cuanto a su expectativa sobre la condena, el letrado señaló: «Nosotros pedimos 25 años para Iván G., al autor de los disparos, y 23 para el «gordo» Brian, porque él fue el partícipe necesario. La expectativa real es que, si bien no sea exactamente esa la condena considerando que las penas están siendo bajas, más en los casos como estos en que los acusados no tienen antecedentes, por lo menos que se acerque lo más posible a los 20 años».