En la Argentina, una de cada tres mujeres muere de una enfermedad cardiovascular, con el tabaquismo, la hipertensión, la diabetes, el aumento del colesterol total y la lipoproteína de baja densidad como importantes factores de riesgo asociados.

En el marco del Mes de la Mujer, la Federación Argentina de Cardiología junto a Diagnóstico Maipú desarrolló una campaña con el fin de concientizar acerca de las enfermedades cardiovasculares en la mujer.

Bajo el lema «#SanasDeCorazón: la Enfermedad Cardiovascular no discrimina», las instituciones buscan estimular la prevención cardiovascular aportando mayores conocimientos a las mujeres sobre sus factores de riesgo e instando a adoptar hábitos saludables y a realizarse chequeos cuando corresponda.

En la Argentina, el 32 por ciento de las mujeres muere por Enfermedad Cardiovascular (ECV), mientras que el cáncer ginecológico representa el seis por ciento.

Esta errónea percepción sobre las causas de muerte en la mujer genera, por ejemplo, que ante un síntoma de infarto, se consulte entre 90 a 120 minutos más tarde.

Esto puede significar la diferencia entre vivir y morir, ya que por cada minuto sin asistencia, el músculo cardíaco más se compromete y tiene mayores índices de mortalidad o complicaciones.

Según la doctora Mildren del Sueldo, coordinadora de la Campaña de Prevención de ECV de la Federación Argentina de Cardiología, «durante mucho tiempo, la enfermedad cardiovascular se consideró predominantemente masculina, y esto hizo que los estudios epidemiológicos se centraran en mayor medida en ellos, y tanto los avances terapéuticos como las medidas preventivas han producido una disminución notable de la mortalidad en el sexo masculino, mientras que en la mujer ha sido mucho menor».

En la misma línea, el doctor Alejandro Deviggiano, coordinador del Departamento de Estudios Cardiovasculares No Invasivos de Diagnóstico Maipú, expresó que «si bien las mujeres tienen una tendencia por preocuparse más por el cáncer que por las enfermedades del corazón, las estadísticas demuestran que la enfermedad cardiovascular duplica el número de muertes a las producidas por el cáncer».

Los factores de riesgos tradicionales pueden impactar de manera diferente en la mujer.

El tabaquismo es una causa de enfermedades cardiovasculares en mujeres enteramente prevenible, con más del 50 por ciento de los infartos entre las mujeres de mediana edad atribuibles a esta adicción.

La diabetes es un importante factor de riesgo en la mujer incrementando el riesgo de enfermedad coronaria entre tres y siete veces, mientras que en los hombres lo incrementa de dos a tres veces.

La hipertensión arterial sin tratamiento aumenta el riesgo en la mujer de presentar un episodio cardiovascular.

Aunque la presión arterial alta no pueda curarse, si es posible controlarla con dieta, ejercicio y, de ser necesarios, medicamentos.

El aumento del colesterol total y de la lipoproteína de baja densidad es un importante factor de riesgo también en las mujeres.

Los niveles bajos de la lipoproteína de alta densidad son predictores de enfermedad coronaria en la mujer y parecen ser un fuerte factor de riesgo para las mayores de 65 de edad más que para los hombres de igual edad.

La detección precoz y la prevención son esenciales en las personas con factores de riesgo.

En este sentido, Deviggiano sostuvo que «en la actualidad cada vez más se están comenzando a utilizar métodos diagnósticos que permiten una detección temprana de la enfermedad cardiovascular, y de este modo tomar medidas; como un cambio en el estilo de vida, una dieta saludable, realización de actividad física o también iniciar tratamientos farmacológicos destinados a disminuir el riesgo cardiovascular».

Asimismo, Mildren del Sueldo indicó: «Es importante investigar en una mujer sus embarazos, si fueron normales o no. Hoy sabemos que tener hipertensión durante el embarazo, diabetes gestacional, embarazos prematuros, menarcas o primera menstruación tempranas o tardías (antes de los 12 o después de los 15 años) son condiciones que aumentan el riesgo cardiovascular en el futuro».

La especialista también advirtió que «el riesgo de ECV en la mujer aumenta después de la menopausia.

«Por tal motivo, es fundamental incrementar y mejorar las estrategias de promoción y prevención de la salud para que la mujer llegue a la menopausia lo más saludable posible», dijo.