El tiempo corre pero las soluciones no aparecen. Cada día que pasa, es un día más que pone a Sancor contra las cuerdas. Se propagan las protestas en distintas plantas del interior, las negociaciones para auxiliar a la empresa láctea se detienen, la empresa no produce, y miles de familias, de al menos tres provincias, enfrentan una fuerte crisis económica y social. Sancor enfrenta, por estos días, una situación crítica.

En medio de la incertidumbre, el gobernador Miguel Lifschitz convocó hoy a una reunión de urgencia a los fines de reclamar que se cumpla el acuerdo para que el Estado nacional ayude con 450 millones de pesos a la firma, a cambio de una reestructuración.

«Pensamos que se había llegado a un acuerdo positivo para llegar a un salvataje. Parecía todo cerrado, pero lamentablemente en los últimos días las negociaciones se enfriaron. La solución se empezó a alejar», señaló el gobernador de Santa Fe.

En dicha reunión se hicieron presentes el ministro de Producción, Luis Contigiani; de Gobierno, Pablo Farías; de Trabajo, Julio Genesini, y demás intendentes y presidentes comunales de las localidades de Sunchales, Gálvez, Centeno y San Guillermo, quienes participaron en el encuentro. También estuvieron legisladores provinciales, encabezados por el propio presidente de la Cámara de Diputados y ex gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti.

«Hoy hicimos una reunión para compartir los esfuerzos que cada uno de los presentes hizo desde su lugar y como síntesis de la charla, le pedimos al Gobierno nacional que encuentre una solución a corto plazo. Pedimos que este fin de semana haya una acción que marque que hay voluntad de volver a juntarse en una mesa de negociación para llegar a una solución», remarcó Lifschitz.

Asimismo, el gobernador dijo que otro de los hechos que llegó a consenso durante la reunión «es el de establecer una Comisión de Trabajo para que la semana que viene podamos participar de las negociaciones que surjan».

«Esperamos respuestas y soluciones de Nación en los próximos días. Buscamos una solución definitiva para asegurar la fuente de trabajo. Y hoy la solución requiere de un financiamiento extraordinario que era que el se analizaba con Nación», agregó.

En relación a los motivos por los cuales no se pudo llegar a un acuerdo, Lifschitz dijo: «No sabemos con precisión que fue lo que trabó la decisión, pero suponemos que fueron algunas diferencias respecto al marco que regula la situación laboral del sector lácteo y el gremio. En principio, el gremio y el gobierno parecían estar de acuerdo pero luego se diluyó».

«El riesgo social es de una gravedad inusitada en la provincia de Santa Fe. En caso de llegar a un acuerdo, se buscará saldar deuda con trabajadores, con proveedores y poner en marcha la planta de Sancor», expresó.

Por último, sostuvo que «la reestructuración de la firma tiene que ser de manera gradual y concertada entre gobierno nacional y provincial, empresa y trabajadores».