La dramática situación de los empleados de la quesería Chateaubriand parece no tener fin. Fueron despedidos por cierre el pasado 30 de diciembre y desde entonces, 17 familias perdieron su principal fuente de ingreso y hoy un pequeño grupo de empleados continúan con la toma pacífica del lugar con la esperanza de que se reactive. Optaron por custodiar el predio de 25 hectáreas durante las 24 horas para evitar que se lleven los equipos y vacíen la fábrica, mientras que el resto se vio obligado a abandonar la lucha y comenzar con nuevos empleos.

En febrero hubo una audiencia en la Secretaría de Trabajo santafesina para intentar acercar las partes, pero ni el empresario ni su abogado asistieron. “Nos resta esperar que alguien compre la fábrica, porque con el actual dueño no tenemos esperanza de reapertura”, decía entonces el ex empleado Martín Fernández.

Por esos días, legisladores de distintos partidos expresaron su solidaridad con los obreros. En la reunión participaron el senador Lisandro Enrico; los diputados Miguel Solís y Julio Eggimann; el jefe comunal de Carmen, Walter Celada, y el secretario general del gremio lechero (Atilra), Juan Lucena, que denunció una maniobra de vaciamiento por parte de Aldo Muscolini, dueño de Chateaubriand. Si bien en las últimas horas trascendió que un empresario adquiriría la firma para que vuelva a ponerse en marcha la fábrica, aun no hay nada formal. Según el testimonio de los propios ex empleados, “Chateaubriand” está concursada legalmente, pero la decisión todavía no fue decretada.

Al respecto, el delegado de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y ex empleado, Nicolás Polidorio, reconoció  en declaraciones al medio Transmedia Venado Tuerto que “todavía seguimos firmes, si bien se bajaron compañeros por casos de fuerza mayor, mantenemos la lucha esperando una pronta respuesta”. También, destacó que siguen con las expectativas de reapertura ante las versiones de la llegada de un posible comprador.

“Todavía no tenemos nada en claro porque no vinieron a hablarnos. Hubo muchas negociaciones desde el 17 de enero que fue la audiencia en el Ministerio de Trabajo, donde se consiguió cobrar el sueldo de diciembre y aguinaldo. Luego se pasó a la conciliación obligatoria, hubo un par de audiencias de por medio donde el dueño Aldo Muscolini, no se hizo presente en ninguna”, describió. Por su parte, Luis Polidorio, también ex empleado que realiza guardias de 24 horas para proteger el que fuese su lugar de trabajo durante 11 años, aclaró al mismo medio que desde diciembre del 2016, se empezaron a barajar posibles nombres de compradores, pero que además la intención era reducir el número de empleados. “Lo primero que nos dijo fue que quería quedarse con 10 personas. Que iba a pagar sueldos y aguinaldos peores porque no tenía ganas de continuar con la fábrica porque estaba cansado y le daba pérdidas. Desde ahí empezamos con la lucha”, y  remató: “Tenemos muchas esperanzas. Falta la materia prima que es la leche y estamos listos para arrancar. Lo demás está todo”.

También instaron a que autoridades regionales y provinciales se sumen al reclamo para salvar la empresa, asegurando que desde hace meses ya nadie los visita.

La fábrica de quesos de Carmen se encuentra a 35 kilómetros de Venado Tuerto. Empezó en 1997 fabricando leche fluida y en 2001 se volcó a la producción de quesos duros, semiduros, blandos y ricota. Además, vendía crema y suero. Llegaron a procesar, en su mejor momento, entre 25.000 y 30.000 litros de leche diarios, el equivalente a mil hormas de queso diario.