Por Mario Luzuriaga

El humorista Juampi González regresa a Rosario para presentar «Soltero», el unipersonal en el que cuenta muchas cosas de su vida cotidiana, como su relación con las mujeres, lo bueno y lo malo de la soltería y mucho más. La cita es el próximo sábado a las 21 en el teatro El Círculo (Laprida 1223).

Antes de su espectáculo dialogó con Conclusión acerca de lo que se vivirá en su show.

—¿Cómo te preparás para «Soltero», tu nuevo espectáculo?

—No hay una ninguna preparación en especial, es un show que vengo haciendo ya hace un tiempo. Siento que va mutando y evolucionando y siento que está más sólido y con varias cosas nuevas.

—¿Te gusta agregarle cosas nuevas al show o preferís dejarlo como está?

—Soy de reservarme los monólogos nuevos para mi próximo espectáculo, pero el show en sí va evolucionando o algo de las redes sociales que pegó mucho lo sumo. En general la base y la columna vertebral queda pero se va perfeccionando a nivel de producción, puesta en escena y la iluminación, entonces se va puliendo todo. Se cambian sólo cosas chicas, como por ejemplo diferentes inicios.

—¿Ves a Instagram como una especie de escenario alternativo para el stand up?

—Si bien nos sirve de herramienta para desarrollar otra pata de humor, pero no creo que sea a lo que nos dedicamos y espero que no reemplace a los escenarios. Lo que sí hacemos es un video que te invite a que veas nuestro laburo al teatro. Lo que hizo fue darme la oportunidad de hacer personajes y nos da una libertad de decir que la gente no pagó, pero me arriesgo a hacerlo y si funciona, mejor. Está bueno para testear tanto a uno como a lo que le gusta a la gente.

—¿Van a acompañarte ciertos personajes?

—Siempre me acompaña Alessandra Teapoya, la parodia que hago de la sexóloga Alessandra Rampolla. Es un personaje que está muy comprado en las redes sociales, lo cual me habilita a decir cualquier cosa (risas). Es la primera parte del espectáculo y es la parte en la que yo salgo y me meto con el público, donde hay un ciento por ciento de interacción e improvisación y no sabemos lo que va a pasar. Me meto con las historias de las personas y las parejas. Eso me sirve para juntar información para poder escribir nuevos monólogos.

—¿Cuál es tu relación con el público rosarino?

—Es muy bueno, tuve la oportunidad de arrancar en lugares chiquitos en cosas más íntimas, después estuve en el teatro de Empleados de Comercio, Plataforma Lavardén y ahora me toca ir a un teatro tan emblemático como El Círculo que es una apuesta más fuerte y uno usa las redes sociales como termómetro y venían pidiendo que vuelva a Rosario.

—¿Cuándo nació el germen de hacer reír?

—En realidad siempre me surgió, en el círculo íntimo familiar y de amigos siempre lo hacía; nunca pensé que el humor se traslade a un trabajo. Arranqué un curso de stand up en 2009 mientras estudiaba ingeniería y todo fue progresivo y de a poco me fui metiendo y me dediqué full time a esto.