Patrocinio Morrondo y Pablo Díez Baños (ambos catedráticos ambos del área de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de Lugo, perteneciente a la Universidad de Santiago de Compostela, USC) viajaron a Kenia para supervisar la toma de muestras de heces, sangre y parásitos de elefantes y rinocerontes. Así, podrán determinar en la facultad lucense qué especies parasitarias atacan a estos animales en peligro de extinción en África y en qué medida pueden afectar a su supervivencia.

“Ha sido una experiencia inolvidable”, sostiene Morrondo que relata con detalle el proceso de anestesia que comienza con el disparo que realiza un veterinario desde el helicóptero y cómo los enormes animales emprenden una carrera fulminante, huyendo a la desesperada del ser humano que, al menos en esta ocasión, acude en su ayuda.

Cuando los animales caen, abatidos, los todoterrenos que trasladan al equipo de veterinarios, biólogos, especialistas en ciencias medioambientales y ojeadores, los rodean. “Inmediatamente se les tapa la cabeza con una manta para impedirles la visión y en cuanto quedan completamente anestesiados les tomamos las muestras”.

“El número de elefantes ha disminuido drásticamente por los furtivos y también por las trampas que utiliza la población para impedir que los elefantes accedan a sus huertas destrozándolas por más que el Parque Natural esté delimitado”, explica la doctora algunas de las causas que provocan el descenso de la población de estos enormes mamíferos.

La tesis que dirige Díez Baño se centra en la demografía del rinoceronte negro del Este del país, cuyo número ha descendido también drásticamente en los últimos años (fundamentalmente por la acción de los furtivos) y la posible influencia de su traslado a otros parques naturales del país sobre los parásitos que son transmitidos por garrapatas, muy abundantes en estos animales.

“Naturalmente, no nos hemos traído las muestras, ¡nos habrían detenido en el aeropuerto!”, ríe la catedrático de la USC para explicar que los primeros análisis los harán los doctorandos en Kenia, en donde “tienen unos laboratorios muy buenos”. Una vez realizados allí los estudios básicos se completará en Lugo el análisis de las muestras. “Primero tenemos que identificar la especie de parásitos que tienen los animales y determinar también en qué medida les influyen o si se han adaptado a algunos de ellos y cómo les afecta también el cambio de unas reservas a otras”. Después llegará el remedio.