Foto: Andina/Prensa Presidencia de Perú.

 

El primer ministro de Perú, Guido Bellido, renunció este miércoles a su cargo, según informó el propio presidente del país, Pedro Castillo en un mensaje a la nación.

«El Perú espera mucho de sus autoridades. Es momento de poner al Perú por encima de toda ideología y posiciones partidarias aisladas. Por ello, informo al país, que el día de hoy, hemos aceptado la renuncia del presidente del consejo de ministros, Guido Bellido Ugarte, a quien le agradezco por sus servicios prestados a la nación», remarcó Castillo.

La renuncia de Bellido responde a la solicitud que le hizo el jefe de Estado. En ese sentido, dimitió de su cargo por medio de una carta, a la que tuvo acceso el diario local Correo.

«Habiendo cumplido con todas las funciones correspondientes a la institución, cumplo en alcanzar mi renuncia irrevocable al cargo de Presidente del Consejo de Ministros, conforme usted me ha solicitado y en esa línea, quedo a total disposición para efectuar de manera ordenada la transferencia de gestión correspondiente», reza el comunicado.

La salida de Bellido genera una crisis total del gabinete, ya que el artículo 133 de la Constitución Política del Perú indica que la renuncia del primer ministro implica la dimisión del resto de ministros, cosa que ya procedieron a hacer.

Castillo designó como nueva presidenta del Consejo de Ministros a Mirtha Vásquez, una abogada y activista humanitaria de 46 años que hasta fines de julio presidió el Congreso unicameral y pertenece al Frente Amplio y no, como Bellido, al partido oficialista Perú Libre (PL), aunque ambas fuerzas son de izquierda.

De hecho, en el nuevo gabinete permanece la mayoría de los ministros, entre ellos Oscar Maúrtua (Relaciones Exteriores), Pedro Francke (Economía y Finanzas), Juan Manuel Carrasco (Interior), Hernando Cevallos (Salud), Aníbal Torres (Justicia) e Iber Maraví (Trabajo).

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Con la salida de Bellido y su reemplazo por una figura de otra fuerza, aunque afín, Castillo busca calmar la tensión generada entre el oficialismo y la oposición en los poco más de dos meses que el mandatario lleva al frente del gobierno.

Uno de los focos de ese conflicto fue, la semana pasada, la interpelación a Maraví, y las amenazas que sobrevolaron la sesión de que la oposición forzara su destitución mediante un voto de censura o que el oficialismo intentara frenarlo planteando una cuestión de confianza.

La cuestión de confianza -que es sobre el gabinete y no sobre un ministro en particular- se puede saldar de dos maneras: el Congreso puede concederla, lo que significaría un respaldo para el Ejecutivo, o denegarla, lo que, paradójicamente, dejaría al Legislativo en una situación de debilidad ya que el jefe del Estado puede disolver el parlamento si deniega la confianza a dos gabinetes dentro de un mismo período de gobierno.

“Tanto la cuestión de confianza, la interpelación como la censura, no deberían usarse para crear inestabilidad política, el Perú espera mucho de sus autoridades, es momento de poner el Perú por encima de toda ideología y posición partidaria aislada”, subrayó Castillo en el breve mensaje con que esta tarde anunció la salida de su primer ministro.