Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con el abogado ambientalista Enrique Zárate, quién llevó adelante una investigación que arrojó como resultado que un importante porcentaje de frutas, verduras y hortalizas consumidas en Rosario, están contaminadas con agrotóxicos.

Derribados los mitos sobre la inocuidad de los agrotóxicos, distintos quijotes siguen avanzando con la firme intención de torcerle el brazo a un modelo productivo avasallador de derechos. Si bien la primera línea de resistencia tiene que ver con aquellos vecinos fumigados que exponen su cuerpo ante la desidia manifiesta, lo que llevamos a nuestra mesa en forma de alimento debe interpelarnos profundamente.

Después de mucho insistir en los necesarios controles estatales para preservar la salud de la población sin encontrar una respuesta positiva, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió fallando a favor de los consumidores. “Llevamos adelante un rastreo, muestreo y posterior análisis de una serie de frutas, verduras y legumbres, que arrojarían un resultado sumamente preocupante. Más del 30% de estos productos superaron ampliamente los niveles de toxicidad permitidos, algo que nos impulsó a exigir mayores controles al Estado provincial pero lamentablemente no tuvimos suerte pese al fallo de la justicia”.

El proceso comenzó en 2013 con un pedido de información ambiental, se realizó un rastreo para ver si los controles de agrotóxicos presentes en verduras y frutas se estaban realizando. El mismo recorrió varias instancias, y tanto la provincia como la municipalidad respondieron que los hacían, pero nunca agregaron los resultados al expediente. En consecuencia, por cuenta propia, Enrique Zárate llevó a cabo un rastreo, muestreo y análisis, detectando la presencia de agroquímicos, algunos de marcada peligrosidad como el clorpirifos.

Sorteando de manera sostenida un sinfín de obstáculos, Enrique Zárate continuó insistiendo en la implementación de los controles llevando incluso su reclamo, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “En los últimos días hemos recibido la gran noticia de que finalmente la Corte avala nuestra investigación, el estado tiene 60 días para articular los controles de lo contrario se avanzará en un juicio penal. Por otro lado, también le vamos a exigir al municipio que haga lo propio en torno a esto y al consumo de trigo transgénico HB4, ya que este representa un verdadero peligro para la salud”, indicó Zárate.