Cuando hablamos de colecho se entiende que hacemos referencia a padres e hijos durmiendo juntos. Se puede hacer en la misma cama, o teniendo una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama familiar, o bien usar una cuna convencional sin uno de los lados.

Muchas familias optan por llevarlo a cabo desde que nacen, hasta que el proceso de maduración del sueño indique que ya están listos para dormir en su habitación. Pero tomar esta decisión conlleva enfrentar “el qué dirán”.

Es común oír frases como: “vas a ahogarlo”, “lo vas hacer mañoso”, o “no vas o poder sacarlo más de la cama”. Si bien cada familia decide como criar a un hijo, existe la mirada del otro que muchas veces nos hace pensar si estamos haciendo bien las cosas.

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Los niños y los padres durmiendo juntos es un tema tabú, que es más simple e instintivo que lo que se cree. Llevarlo a cabo favorece la lactancia materna, reduce  el riesgo de muerte súbita del lactante, regula la temperatura del bebé, fortalece el vínculo, ambos descansan mejor, entre otras ventajas.

Conclusión dialogó con la psicóloga Ayelén Lagos, quien profundizó sobre cómo llevar a cabo un colecho seguro, y la importancia del mismo para el niño.

“Tomando los recaudos necesarios de seguridad, hacer colecho es muy beneficioso, existen muchos estudios que así lo indican. No son ciertas frases hechas como por ejemplo <los niños dormirán para siempre con sus padres, en determinado momento se sentirán seguros y tomarán la decisión de dormir en una habitación separada”.