Uno de los momentos más esperados del año por mucha gente son las vacaciones. El instante previo a subirse al colectivo para partir hacia el destino elegido genera mucha alegría y ansiedad. Pero a veces el dinero con el que uno cuenta para hacer ese ansiado viaje no va de la mano de las ganas. Es que la situación económica no permite a gran cantidad de personas tomarse el descanso merecido luego de un año de trabajo.

Esto se vislumbra en la salida de micros de Rosario. Ya que el movimiento de gente en la Terminal de Rosario es relativamente bajo, teniendo en cuenta las dificultades económicas a la que se enfrentan la mayoría de las personas que viajan y los altos costos de pasajes y estadías.

Conclusión consultó a los pocos viajantes que se observó por la tarde este martes sobre las expectativas de sus vacaciones y los planes que tienen para disfrutar de ese momento de ocio en los lugares a donde decidieron visitar. También, estaban aquellos que regresaban y debían volver a la rutina y a las responsabilidades cotidianas.

Al ser consultado, un mochilero que estaba esperando su colectivo, mencionó que “voy a viajar a Pigüe, sur de Buenos Aires, a un monasterio ortodoxo para descansar y caminar por las sierra con un amigo que me esta esperando”.

Una pareja de jóvenes vino a visitar Rosario y contaron que “la pasamos excelente, vinimos a conocer Rosario y nos encantó, la pasamos muy lindo y no nos quedamos quietos”.

Una familia numerosa esperaba la llegada del coche que los iba a llevar a San Luis a casa de unos familiares. “Nos vamos por una semana. Vamos a visitar una amiga, estamos muy contentos”.

El común denominador de los viajantes fue el tema económico y la forma que se siente a la hora de decidir el viaje. “Acompaño a mi hija que se va de viaje. Yo no puedo irme de vacaciones. Se precisa mucha plata y está complicado”, expresó el padre.