Lo esencial del slackline yace en poder liberar a la persona que se atreve a subir a la cuerda, superando miedos, concretando un progreso cotidiano, creando conciencia del cuerpo y la mente, en equilibrio y armonía.

El slackline es un deporte muy inclusivo, ya que lo puede practicar cualquier persona independientemente del sexo, edad, peso, estatura. La clave está en generar confianza en sí mismo y ejercitar la técnica.

En Rosario se practica en el Balneario La Florida y cada vez tiene más adeptos, ya que no hay límite de edad para practicarlo.