Francia se convirtió en el primer en prohibir los cinco pesticidas nonicotinoides que afectan el sistema nervioso central de las abejas. Esta medida tiene precisamente la finalidad de enfrentar el declive de las colonias de abejas, cuya existencia en el planeta se ha visto en peligro.

De acuerdo con El País, los neonicotinoides son los insecticidas más empleados en el mundo para cultivos de remolacha, trigo, colza, árboles frutales o viñedos. Se emplean para matar orugas, cochinillas, pulgones y otros insectos que carcomen la madera. Sin embargo, también matan a las abejas en ciertas dosis.

En dosis pequeñas las sustancias afectan a insectos polinizadores, como las abejas; las desorienta y altera el esperma de los machos.

La Unión Europea ya había prohibido tres insecticidas en 2013, excepto en invernaderos. Francia, por su parte prohibió cinco insecticidas, incluso en invernaderos, pero las sustancias se podrán emplear para usos veterinarios, para tratar las pulgas, por ejemplo.

Esta medida entrará en vigor el próximo 19 de diciembre. Los apicultores franceses notaron un alza de la mortalidad en sus colmenas desde la llegada de los neonicotinoides a mediados de los años 1990.