Científicos demostraron que las estrellas de mar usan la visión para guiarse a través de los arrecifes de coral del Caribe gracias a un truco de cambio de color entre el día y la noche, se informó hoy.

En una investigación publicada en la revista Current Biology, describieron un nuevo mecanismo para la visión en la estrella de mar ‘Ophiocoma wendtii’, un pariente de los erizos de mar, que vive en los arrecifes del Mar Caribe.

Esta especie captó la atención científica por primera vez hace más de 30 años gracias a su cambio drástico de color entre el día y la noche y su fuerte aversión a la luz.

Los investigadores demostraron que la ‘O. wendtii’ está cubierta de miles de células sensibles a la luz, y afirmaron que los comportamientos que lo controlan siguen siendo un misterio, consignó la agencia DPA.

La nueva investigación muestra que la ‘O. wendtii’ es capaz de ver los estímulos visuales, y que su cambio de color podría desempeñar un papel para permitir la visión.

Sumner-Rooney, investigadora del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford, trabajó con la ‘Ofiocoma’ en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá y el Museo de Naturkunde, en Berlín, y realizó cientos de experimentos de comportamiento para probar la ‘vista’ de las estrellas de mar.

Los animales pudieron buscar áreas de contraste, que los investigadores creen que pueden imitar estructuras que podrían ofrecer refugio contra los depredadores. Aunque parece que su visión es muy tosca, en los arrecifes tropicales las estrellas de mar nunca tienen que mirar muy lejos para realizar una carrera hasta el escondite más próximo.

«Nos sorprendió descubrir que las respuestas que vimos durante el día desaparecieron en animales probados por la noche, sin embargo, las células sensibles a la luz todavía parecían estar activas», dijo Sumner-Rooney.

El equipo se dedicó a identificar qué causó este cambio en el comportamiento, eliminando factores como la pérdida de motivación y la baja intensidad de luz que dificultan la visión. Pero descartaron el cambio de color de ‘O. wendtii’, de un rojo intenso durante el día a beige por la noche.

Anteriormente, el equipo de Sumner-Rooney había demostrado que otra estrella estrechamente relacionada, ‘Ophiocoma pumila’, también estaba cubierta de sensores de luz, pero no presenta el mismo cambio de color.

Curiosamente, esta especie más pálida también falló en la prueba ocular. Combinando un conjunto de técnicas, los investigadores reconstruyeron modelos digitales de células individuales sensibles a la luz en las dos especies, con y sin la pigmentación oscura durante el día de ‘O. wendtii’.

Demostraron que, durante el día, el pigmento restringía la luz que llegaba a los sensores a un ángulo más estrecho que corresponde a su resolución visual hipotética.

Sin este pigmento, en ‘O. pumila’, o durante la noche en ‘O. wendtii’, la luz podría alcanzar los sensores desde un ángulo mucho más amplio, haciendo imposible la visión. «Es un descubrimiento muy emocionante, aseguró Sumner-Rooney.