Nigel fue encontrado en un contenedor de Dorchester, Inglaterra. Y días más tarde, perdió parte de su cara en el refugio de animales en el que vive.

A su llegada al refugio, Nigel fue tratado con analgésicos ya que pensaron que tenía una infección en las vías respiratorias. Sin embargo, días después se dieron cuenta de que el estado del animal era más grave.

El gato tiene que someterse a una cirugía reconstructiva porque su parte inferior de la nariz y el labio superior se han caído. Esto, aunque no le causa dolor, le dificulta comer y beber.

La lesión podría haber sido producida por alguna lata de comida o por un mordisco. Esto le habría provocado una herida que, sin ser curada en aquel momento, se habría infectado.