El regreso del guacamayo rojo a los Esteros del Iberá continúa profundizándose, ya que fueron liberados en ese gran humedal correntino tres nuevos ejemplares de la colorida ave que se había extinguido hacía más de 100 años.

La liberación de estos tres ejemplares de Ara chloropterus se da en el marco de los esfuerzos para recuperar el estado ambiental del noreste argentino, tanto con la conservación de grandes porciones de territorio así como con la reintroducción de especies propias de la zona.

Las aves habían nacido y crecido en el Ecoparque de Buenos Aires, que las cedió a The Conservation Land Trust (CLT-Argentina) y su Programa de Refaunación: anteriormente, habían sido enviadas otros ocho ejemplares.

Perseguidos por el hombre debido a la belleza de su plumaje colorado y afectados por el desmonte de su hábitat natural, estas aves desaparecieron de los cielos del litoral argentino, pero lentamente comienza a recuperarse.

Actualmente, se estima que la población de guacamayos rojos ronda en los 15 ejemplares, volando dentro del Parque Iberá y llegando incluso a zonas ubicadas a 75 kilómetros del área protegida.

CLT Argentina pidió a pobladores y visitantes que en caso de ver a estos ejemplares de guacamayo rojo, no los capturen, ni alimenten y, en cambio, avisen a las autoridades de la entidad para que puedan estudiar sus movimientos en su primera etapa en libertad y los avances en la repoblación.

Además del hecho de que estas aves vuelvan a sobrevolar los cielos del litoral, la importancia de su reintroducción radican en su rol como formadora de bosques, ya que al consumir frutos de distintos árboles diseminan sus semillas y fomentan el crecimiento de las zonas selváticas afectadas por la tala indiscriminada.

Otro de los beneficios que traerá el resurgimiento del Ara chloropterus será el de potenciar el desarrollo local a través del turismo y el avistaje de fauna silvestre.

La organización, fundada por Douglas Tompkins y actualmente dirigida por su viuda, Kristine Tompkins, también lleva adelante programas para impulsar las poblaciones de especies en peligro como el yaguareté, el oso hormiguero gigante y el pecarí de collar, entre otras.