El Tribunal Supremo de India dio permiso a los guardabosques del distrito de Yavatmal, en el Estado occidental de Maharashtra, para disparar a matar a una tigresa a la que se culpa de haber acabado con la vida de seis personas en las últimas semanas.

Los jueces rechazaron un recurso de defensores de la vida salvaje que querían impedir la muerte del animal y reclamaban que un equipo especializado se desplazara a la zona para sedar y capturar viva a la hembra, llamada T1, que tiene pareja y cuida en la actualidad de dos cachorros. Está previsto que la caza empiece esta semana.

La tigresa de cinco años lleva más de dos acechando a los moradores de Yamatval y a sus animales domésticos. Los guardabosques aseguran que la devoradora de personas ha acabado con la vida de seis vecinos en las últimas semanas, además de con varias vacas y caballos. Tres de los supuestos ataques mortales se produjeron antes del recurso al Supremo y otras tres mientras el proceso estaba en marcha.

Los cazadores también pretenden sedar a los dos cachorros y al macho, llamado T2, al que se ha visto vagando por el mismo territorio pero al que no se le achaca ninguna muerte, informó la BBC.

En la actualidad, la India acoge el 70% de la población mundial de tigres, una especie que también subsiste en otras naciones asiáticas como Bangladés, Vietnam, Tailandia, Nepal o Camboya. El tigre es muy apreciado en países como China para elaborar medicinas tradicionales y su tráfico ilegal en Asia es una de las mayores amenazas para preservar la especie.

La autorización del tribunal para emprender la caza del tigre es un requisito en India, donde existen estrictas regulaciones respecto al control de la vida en libertad de estos animales, cuya población se estima entre 2.500 y 3.500 ejemplares. A finales del siglo pasado se calculaba que en India había 100.000 tigres en libertad.