Son muchos los que están en contra de que los animales sean exhibidos en zoológicos o utilizados como forma de espectáculo en los circos, y más aún las que detestan el maltrato animal. En los circos es donde más casos se han dado y, por ello, cada vez son más las ciudades que prohíben la exhibición de animales salvajes en los mismos.

Sin embargo, antes de que las leyes empezasen a cambiar a favor del bienestar animal, el Circus Roncalli ya había encontrado una alternativa: los hologramas.

Este circo alemán desplegó su carpa por primera vez en 1976, de la mano de Bernhard Paul y André Heller. Aunque muchos en aquella época relacionaron su nombre con el Papa Juan XXIII (Angelo Giusseppe Roncalli), conexión que le trajo mucho éxito, en realidad está inspirado en la película Sara Roncalli, tochter des Mondes (Sara Roncalli, hija de la luna), dirigida por Peter Hajek.

A principios de 2016, Paul tenía «el deseo de mostrar animales en el circo de una manera poética y moderna».

«Junto con La Fiesta Escénica Circus Show de España, mostramos diferentes títulos de animales y disfraces. Cuando vi en la Superbowl de América a Justin Timberlake cantando con Prince, que ya ha fallecido, me impresionó mucho la técnica holográfica y me adentré en ella», detalla el director. Así, cuando empezó el 2017, el director contrató a un nuevo director digital, Markus Strobl, junto con quién empezó a liderar el proyecto que vio la luz en marzo de 2018 con una escena holográfica de 300 grados.

El director del circo cuenta que «el enfoque de Roncalli estuvo desde el principio centrado en payasos, acróbatas y poetas». En los más de 30 años de negocio solo se utilizaron caballos en el espectáculo, hasta que cambió el concepto.

«Después de anunciar que no utilizaríamos ningún animal en nuestro show, recibimos más de 20.000 correos electrónicos y cartas de todo el mundo, el 95% de los comentarios fueron positivos», explica Paul. «Cuando comenzamos con nuestra holografía, las imágenes y los vídeos se volvieron virales en las redes sociales. Nos convertimos en el primer circo en utilizar animales holográficos», añade el director del Roncalli.

Para crear este innovador proyecto Paul tuvo que hacer una inversión de 500.000 euros, sobre todo en la parte técnica, ya que las imágenes tenías que estar «en alta calidad», afirma el director. «Hicimos un trabajo pionero, una holografía redonda acorde con el espacio, que también es circular».

Un equipo compuesto por 15 diseñadores 3D e ingenieros de software se encargan de crear contenidos nuevos. «Estoy emocionado de lo que vendrá después. Este año también somos el primer circo en utilizar un verdadero robot como socio acrobático de un ser humano», desvela Paul.

Los hologramas que utilizan en el Circus Roncalli se crean a partir de once rayos láser que dibujan una imagen en una pantalla de proyección holográfica especialmente diseñada para el circo que proporciona una proyección de 300 grados.

Los materiales y los colores están previamente pensados para que la iluminación del propio circo no distorsione la imagen holográfica, la cual cuenta con una resolución de más de 13.000 por 1.900 píxeles (una fotografía de alta calidad tiene unos 1.200 por 800 píxeles).

Para la producción del contenido son necesarios hasta 3.000 procesadores sincrónicos que son capaces de reproducir hasta 20 minutos de imágenes en movimiento. Los hologramas de los caballos o los elefantes, entre otros, intentan imitar los movimientos reales de estos animales, para que la inmersión y el realismo sea todavía mayor para el espectador.

Todos esto para poder ofrecer al público un espectáculo libre de maltrato animal y con una calidad envidiable y a la altura de otras grandes carpas como el Circo del Sol, el Big Apple Circus o el Circus Krone.