El hijo del león Cecil, que fue cazado en Zimbabue en 2015 por un dentista, sufrió el mismo final de su padre.

Xanda tenía seis años (los leones tienen una esperanza de vida de entre 10 y 15 años) y acababa de ser padre de siete cachorros. El cazador fue Richard Cooke, el mismo que mató a un hermano de Xanda en 2015.

El hecho se pudo detectar gracias al collar con un rastreador GPS que Xanda tenía, al igual que Cecil. Se trata de una herramienta forma parte de un proyecto de la Wildlife Conservation Research Unit de Oxford.

El caso de la muerte de Cecil, ocurrida en abril de 2015, generó gran controversia, ya que para poder matarlo fue llevado fuera del parque utilizando como cebo un animal muerto amarrado a un vehículo. Pero en el caso de Xanda, fue cazado en una zona en la que es legal disparar a estos animales.

Cecil era una de las principales atracciones turísticas del Parque Nacional Hwange de Zimbabue, donde era popular por ser amigable con los visitantes.

Durante varios días decenas de personas protestaron frente a las oficinas de Palmer en Minneapolis exigiendo que el cazador respondiera ante la justicia,incluso algunos pedían su extradición a Zimbabue, pese a que ese país no lo ha solicitado.

También una casa vacacional en Naples, en Florida, supuestamente propiedad del dentista fue centro de manifestaciones por los días posteriores a la difusión de la noticia de la muerte de Cecil.