De hablar de seres humanos el debate estaría servido. La muerte asistida o eutanasia -de los vocablos griegos «Eu» y « Thanatos», «buena muerte»- cuenta con tantos partidarios como detractores. Se trata de unos de esos delicados temas donde acuden al encuentro y chocan libertad personal, moral, religión y la legislación.

En esta ocasión, en un generoso acto de bondad, el beneficiario de la muerte asistida ha sido “el Abuelo”. Que nadie se alarme todavía; se trata de un pez australiano de más de 90 años.

Historia de un pez

Granddad, como era conocido el vetusto pescado era uno de los dos peces pulmón adquiridos por el Shedd Aquarium de Chicago durante una expedición, en 1933, al zoológico de Taronga, en Sidney.

Con motivo de la Exposición Internacional del Siglo del Progreso celebrada en las inmediaciones del acuario Chicagüense, el objeto de exportar este pez del océano Pacífico fue atraer hacia las instalaciones a algunos de los 10 millones de personas que se darían cita en la convención. Al llegar a Chicago, estos dos ejemplares fueron los primeros de su especie en ser exhibidos en los Estados Unidos.

día de hoy “es increíble saber que, durante más de 8 décadas, más de 104 millones de invitados han tenido la oportunidad de ver al “Abuelo” bajo nuestros cuidados y conocer las particularidades de esta especie única” dijo la presidenta y CEO del Acuario de Shedd, Bridget Coughlin. «Para ser un pez que pasaba gran parte de su tiempo imitando a un tronco caído, despertó curiosidad, emoción y asombro entre los invitados de todas las edades, que oirían su historia y aprenderían sobre la increíble biología de este fósil viviente; uno de los vertebrados vivos más antiguos del planeta”.

De acuerdo con el registro fósil, el pez pulmón habita las aguas de nuestro planeta desde hace más de 380 millones de años, y se ha mantenido sin cambios prácticamente los últimos 100 millones de años. Se estima que puede alcanzar la centuria, y es una especie protegida en Australia.

Los últimos días del abuelo

El Abuelo comenzó a mostrar carencias de salud la semana pasada. Primero empezó a perder el interés por su dieta, para poco después dejar de comer. Finalmente los signos de insuficiencia en algunos órganos se hicieron patentes en el examen físico realizado por el equipo de Salud Animal del Acuario, que optó por tomar la decisión más humana; aplicar la eutanasia al animal.