Científicos rusos devolvieron al mar las últimas 31 belugas que quedaban en la llamada «cárcel de ballenas» en el mar de Ojotsk, en el Lejano Oriente ruso, por lo que no queda ningún cetáceo en esa prisión, donde estaban recluidos para ser vendidos a acuarios y delfinarios chinos.

El Instituto de Investigación de Pesca y Oceanografía de Rusia (Vniro) informó que tras la liberación de las últimas belugas «no quedan animales» en la «cárcel de ballenas».

El viernes se devolvió a su hábitat natural un grupo de 19 belugas desde un barco de investigación y este domingo se restituyeron al mar las restantes 31 simultáneamente desde dos barcos, reportó la agencia de noticias EFE

El proceso fue observado a una distancia de unos 500 metros por representantes de la organización ecologista Greenpeace.

La liberación de los cetáceos de la «cárcel de ballenas» comenzó a finales de junio tras implicarse directamente el presidente ruso, Vladímir Putin.

En total había 90 belugas, 11 orcas y cinco crías de morsa en la prisión de ballenas desde el verano de 2018, capturadas en el mar de Ojotsk para ser vendidas a delfinarios chinos.

Tres belugas y una orca «desaparecieron» ese invierno. Las empresas afirmaron que las habían liberado, pero las organizaciones ambientales sospecharon que habían muerto por falta de espacio y enfermedades.

Greenpeace mostró imágenes en las que se veía a algunas de las orcas y belugas con sarpullidos, furúnculos, yagas y manchas, que los especialistas atribuyeron a infecciones víricas, bacterianas y micóticas.