El incremento considerable en el número de ballenas grises que han aparecido muertas en la costa oeste de Estados Unidos ha llevado a las autoridades federales a declarar una emergencia ambiental. En lo que va del año un total de 70 cetáceos han sido hallados sin vida en las aguas del Océano Pacífico, 37 de estos en las costas de California.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) clasificó los fallecimientos de los mamíferos marinos como un “Evento de Mortalidad Inusual”, lo que les permite a los científicos acceder a recursos de un fondo federal para continuar sus investigaciones y determinar las causas que originaron esta inusual tendencia en la migración de las ballenas grises a su paso por la costa oeste de EEUU.

Las 70 especies encontradas sin vida en las playas de Estados Unidos se suman a 73 halladas en México y cinco en Canadá. La cifra (148 en total entre los tres países) representa el mayor número de ballenas grises muertas en casi 20 años. La última vez que tantos cetáceos aparecieron sin vida en las costas de California, Oregón, Washington y Alaska fue en el 2000, donde para el 31 de mayo ya sumaban 83 hallazgos en total.

Según datos de NOAA, en promedio cada año se reporta la aparición de unas 35 ballenas muertas en la costa oeste del país, lo que equivale a cerca de tres por mes. Sin embargo, durante los primeros cinco meses de 2019 el promedio de especies muertas ha sido de 15, es decir, cinco veces más del promedio habitual.

“Investigar estas muertes nos permite identificar y responder de manera adecuada a los rápidos cambios en las tendencias ambientales que están impactando a las poblaciones de mamíferos marinos. Estos animales son representativos de un problema que va en aumento en la migración de ballenas grises, que parecen no tener la suficiente energía debido a los cambios en sus fuentes de alimento”, explicó Padraig Duignan, director del Centro de Mamíferos Marinos con sede en Sausalito, California.

Los biólogos han observado que muchas de las ballenas muertas se encuentran en pobres condiciones de salud durante su migración anual hacia las aguas del norte del Océano Pacífico. Tan solo en el Área de la Bahía, un total de 13 especies han sido arrastradas hacia las playas de la región y las necropsias han revelado que murieron por malnutrición o por golpes propinados por grandes embarcaciones.

La migración por California
Las ballenas grises que están apareciendo muertas en las costas de California suelen pasar los meses de verano en los mares de Bering y Chukchi, para después emigrar hacia las lagunas de criadero en la costa de Baja California, muy cerca de los estados de Sonora y Sinaloa, en México.

Estas especies siguen la ruta de migración más larga que cualquier otro mamífero en el planeta, con un viaje redondo que puede superar los 20,000 km (13,000 millas). La migración de los cetáceos hacia el sur comienza a fines de septiembre o principios de octubre. Para diciembre, las primeras ballenas pasan frente a las costas de California y su número alcanza el tope para principios de enero, cuando se incrementan los tours para sus avistamientos.

Después de su estadía en las lagunas de Baja California, las ballenas comienzan su viaje de regreso hacia el norte a principios de febrero y lo terminan generalmente a fines de marzo. Ese traslado se puede retrasar por varias razones, entre estas la falta de alimento que se traduce en menos energía para los cetáceos. Los últimos mamíferos en viajar hacia el norte suelen las madres y sus crías, explican los expertos. Durante la migración, las ballenas viajan típicamente en grupos de dos o más individuos.

Registros que datan del siglo XIX muestran que un promedio de hasta 1000 mamíferos pasaban diariamente frente a las aguas de San Diego, California, durante su migración. Sin embargo, la caza no controlada hizo que su especie estuviera al borde de la extinción y no fue sino hasta 1994 cuando las ballenas grises fueron eliminadas de la lista de especies amenazadas gracias a los esfuerzos de conservación que comenzaron en la década de los 70.

¿Por qué están muriendo?
Las organizaciones protectoras de ballenas grises comenzaron a sospechar desde hace algunos meses que la aparición de cetáceos muertos en las costas de California no era una coincidencia.

Pese a que se ha confirmado que varios de los mamíferos murieron a causa de golpes y traumatismos provocados por grandes embarcaciones, los científicos creen que entre las que han muerto de desnutrición, los factores como el calentamiento global también juegan un papel clave. Chris Biertuempfel, un científico de la organización Oceanic Society, formó parte de un contigente que viajó a las costas mexicanas de Baja Calfiornia para investigar más a profundidad la muerte de los cetáceos.

«Cuando llegamos allá nos dimos cuenta que (las ballenas) no estaban llegando a tiempo a esas aguas», dijo en una entrevista con medios locales. Su organización cree que la falta de alimento puede estar forzando a las ballenas a nadar más para encontrar comida. Como resultado de esto, su trayecto migratorio es mucho más largo.

Una de sus hipótesis es que, ante la falta de alimento, las ballenas grises que emprenden su camino hacia el norte no están reuniendo las suficientes energías para realizar un trayecto tan extremo y, cuando atraviesan las costas de California, comienzan a morir por desnutrición. Además, la falta de comida también las hace más vulnerables a morir por el golpe de un barco.

«Por lo general solemos presenciar una migración linear y saludable. Las ballenas casi no se detienen», explicó por su parte Mary Jane Schramm, del Santuario Marino del NOAA. Ella comparte la opinión de que los trayectos migratorios se están viendo afectados por la falta de alimento. Schramm señala que las ballenas grises no suelen acercarce a las costas del Área de la Bahía. Esta situación puede ser preocupante porque la última vez que se registró este fenómeno, en los años 1999 y 2000, se perdió el 30% de la población de cetáceos.