Hugo Diz, notable personaje rosarino y uno de los más destacados poetas que ha tenido la ciudad, falleció a los 80 años, dejando tras de sí un importante legado literario.

El artista es ampliamente reconocido por su faceta vinculada a la poesía, pero también tuvo incursiones importantes en lo periodístico y en lo gremial, como así también en otras artes como la pintura, la fotografía o el dibujo.

Nacido en la ciudad en 1942, sus primeras publicaciones se remontan a mediados de la década del 60’, con sus poemas saliendo en distintas revistas del país, mientras que en 1969 se publicaría su primer libro, “El amor dejado en las esquinas”.

Ese sería el inicio de una prolífica carrera literaria, en la que editó otros catorce libros: “Poemas insurrectos” (1971), “Algunas críticas y otros homenajes (1972)”, “Historias, veras historias” (1974), “Manual de utilidades” (1976), “Canciones del jardín de Robinson” (1984), “Las alas y las ráfagas (1985)”, “A través de los ríos y los mares (1986/87)”, “Baladas para Marie (1988)”, “Ventanal” (1990), y “La lírica y el exabrupto” (1997) y la serie de cuatro tomos “Palabras a mano”, publicadas a partir de 2003 con poesías seleccionadas, según recopiló.

Una de sus más conocidas incursiones fue en la redacción de la revista “El lagrimal trifurca”, editada en Rosario entre 1968 y 1976. Además, forma parte de la antología “200 años de poesía argentina” (2010) y participó en diversos encuentros de poesía, entre los que se destaca el Festival de Poesía Latinoamericana en Viena, Austria. Poemas suyos fueron traducidos al ruso, francés, húngaro, italiano y alemán.

Además del plano estrictamente literario, Diz tuvo una buena carrera en el periodismo y en el ámbito gremial.

En el primero, fue corrector y redactor en el suplemento de Cultura del diario La Capital, y posteriormente llegó a ser secretario general del Sindicato de Prensa de Rosario.