El misterio está pronto a resolverse. Es que casi 50 años después del fallecimiento del poeta y premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, la justicia de Chile inició hoy el tercer panel de expertos, con la intervención de la jueza para causas de derechos humanos Paola Plaza y el coordinador nacional de Derechos Humanos de la Corte Suprema, Mario Carroza, para despejar dudas y determinar si la causa de su muerte fue el cáncer avanzado de próstata que padecía o si la dictadura de Augusto Pinochet, que días antes había asaltado el poder, tuvo algo que ver.

 “Estamos ad portas de poner término a una investigación que nos parece que ha sido trascendental entre las diferentes otras investigaciones que se han llevado a cabo dentro de la justicia transicional”, afirmó Carroza.

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“Nos parece que en este caso ha habido una prueba pericial bastante profusa y que nos permite estar en este tercer panel para determinar si una sustancia puede ser determinante o no en el caso de la causa de muerte de Pablo Neruda”, agregó.

Hace cinco años, el segundo panel de peritos nacionales y extranjeros descartó que Neruda hubiese muerto por cáncer de próstata.

Entonces, se descubrió una toxina en los restos del Nobel de Literatura, por lo que se decidió realizar otro análisis con el fin de llegar a una conclusión definitiva.

Se trata del Clostridium botulinum, neuro toxina bacteriana causante del botulismo, la cual fue encontrada en un molar del escritor.

Plaza precisó que el segundo panel recomendó efectuar análisis adicionales con respecto a la sustancia encontrada, para de esta forma establecer si “se trató de una cepa manipulada en laboratorio”.

La jueza también destacó que este tercer panel de expertos es “del más alto nivel internacional” y que se centrarán en aspectos netamente científicos.

Los especialistas tienen previsto concluir su tarea el próximo 7 de marzo, cuando entregarán el informe final a Plaza, quien encabeza la investigación.

Investigación de larga data

La muerte de Neruda se está investigando desde 2011 a raíz de una querella del Partido Comunista que sostenía la tesis de que el escritor fue envenenado mientras se encontraba internado en la Clínica Santa María de la capital chilena, tras el golpe de estado del general Augusto Pinochet en septiembre de 1973.

El 8 de abril de 2013 se exhumaron sus restos, que fueron enviados a Carolina del Norte, Estados Unidos, y a la Universidad de Murcia en España.

El primer informe del Servicio Médico Legal chileno indicaba que Neruda efectivamente padecía de cáncer de próstata avanzado con metástasis, pero esas pruebas no permitían establecer con exactitud la causa de su muerte ocurrida el 23 de septiembre de 1973.

Asimismo, la esposa de Neruda, Matilde Urrutia, «siempre afirmó que la enfermedad estaba controlada y que el urólogo le auguraba unos cinco años más de vida», según indicó el historiador y periodista Mario Amorós.

Además, según la familia del poeta, la investigación ha enfrentado muchas trabas, desde la poca colaboración de la clínica hasta las dificultades administrativas para que los sucesivos gobiernos financiaran las pruebas científicas en laboratorios extranjeros.