Por Santiago A. Fraga

Newell’s Old Boys padeció la profundidad de su plantel y terminó igualando sin goles ante un débil San Lorenzo, en un encuentro en donde si bien fue el claro dominador de la posesión y los tiempos del encuentro, se notó la necesidad de contar con un jugador capaz de romper líneas y de distribuir el ataque rojinegro.

Durante los primeros 45 minutos, Newell’s controló la pelota y el ritmo de las acciones, pero sufrió en demasía la falta de un jugador creativo capaz de dar el toque decisivo del ataque en 3/4 de cancha.

Pablo Pérez, de los únicos futbolistas en el plantel con características técnicas para tomar ese rol, sufrió una molestia ni bien comenzado el encuentro y tuvo que dejar la cancha a los 14′.

Ni Guillermo Balzi ni Marcos Portillo se mostraron idóneos para tomar esa responsabilidad de manejar la última recta de la ofensiva leprosa, reflejándose eso también en la escasa conexión con los laterales y los delanteros. Tanto así fue esto que incluso Julián Fernández, durante los últimos 10 minutos de la etapa inicial, comenzó a terminar las jugadas mucho más cerca del área rival, llegando incluso a meter un balón filtrado al propio Portillo.

San Lorenzo, por su parte, en plena crisis institucional y con un plantel de futbolistas muy jóvenes, salió al Coloso con un planteo cauteloso, cerrándose para defender y apostando todas sus armas a contragolpes rápidos, apuntando especialmente al espacio a las espaldas de Willer Ditta y Cristian Lema y apelando a la velocidad de sus delanteros para poder despegarse. Sin embargo, en ninguno de los cuatro o cinco intentos de ejecutar esa jugada terminó llegándole con claridad la pelota al atacante que picó al vacío.

Con esta ecuación, el primer tiempo resultó aburrido y prácticamente sin jugadas de riesgo. Solamente generaron expectativa en los espectadores un remate lejano de Balzi y un centro en un tiro libre de San Lorenzo que ningún delantero llegó a conectar cerca del arco. Cabe destacar también una buena arremetida de Ramiro Sordo que terminó en una falta para la ‘Lepra’ en el borde del área rival.

Ya en el complemento, el dominio posicional y de posesión de Newell’s creció aún más, pero los ataques seguían sin ser claros y encima el VAR terminaría desvirtuando todo el juego.

Tras un intento lejano de Portillo, la Lepra tendría la llegada más clara del encuentro con un mano a mano de Francisco González (tras gran pase de Sordo), que terminaría siendo derribado justo antes de definir ante la salida de Sebastián Torrico. Silvio Trucco entendió que la jugada había sido penal y expulsión directa por último recurso para Federico Gattoni, pero tras un análisis con el sistema de videoarbitraje resolvió que González se había caído solo.

Apenas unos minutos después, el VAR volvería a ser protagonista, retrotrayendo una jugada que había pasado desapercibida para mostrarle la roja directa a Cristian Lema, quien venía siendo junto a Ditta y Méndez la figura del partido, por un planchazo sobre Jalil Elías (decisión más que polémica, solamente justificada en la metodología del videoarbitraje de escindir la jugada de su contexto y juzgar por fotografías puntuales).

Con el hombre de más y la suerte de su lado, San Lorenzo sin embargo no intentó arriesgar y continuó con su plan de juego conservador, con un Newell’s al que si antes le costaba tener creatividad y claridad, ahora le sería mucho más complicado, y más aún con la salida de Balzi en lugar de Víctor Velázquez para ocupar el hueco en la zaga.

Pasarían 10 minutos hasta que Javier Sanguinetti intente nuevamente corregir el once, cuando saldrían Sordo (muy dolorido), Juan García (sufrió la falta de acompañamiento) y Martín Luciano por Luciano Cingolani, Genaro Rossi y Leonel Vangioni.

Sin embargo, solo con algunas individualidades salidas de libreto como una carrera de Armando Méndez el rojinegro acercaría la pelota al área del Ciclón, sin éxito.

Para colmo, cuando tuvo lugar esa jugada, que fue el acercamiento más claro de Newell’s desde la expulsión de Lema, un corte de luz en dos de las torres de la cancha obligó a que el partido se detuviera por 10 minutos.

Cuando la acción se reanudó, aún sin todas las luces funcionando, el partido ya había ingresado en una completa meseta y ninguno de los dos equipos quebrantaría esa calma final, hasta cerca del cierre.

Recién las últimas jugadas del partido, San Lorenzo tendría la más clara suya (la única), con Ezequiel Cerutti capturando un centro solo en el punto del penal y mandándola por poquito por encima del travesaño; y Newell’s tendría la más peligrosa de su parte, con un buen remate de Genaro Rossi que dio en el palo y una gran atajada de Torrico en un remate posterior.

La Lepra dejó pasar este jueves la posibilidad de continuar en la senda triunfal ante un rival golpeado, y aunque el VAR tuvo mucho que ver, el mérito termina siendo de la falta de opciones que tiene Sanguinetti en el plantel para llevar adelante los avances del equipo (algo que también había sentido ante Banfield, aunque el juego en aquel encuentro haya sido muy superior).

Con dos fechas ya jugadas y un torneo de pocos días entre partido y partido, Newell’s Old Boys necesita imperiosamente moverse en el mercado de pases para terminar de ajustar piezas, si es que la mente está puesta en un objetivo ambicioso como pelear la clasificación a copas internacionales. De lo contrario, al rojinegro le esperará un torneo con irregularidades muy pronunciadas, librado a la suerte de padecer la menor cantidad de infortunios posibles.