A pesar del dolor que causa la pérdida de un hijo, el dirigente Antonio Silva gestó una entidad deportiva para contener a los chicos de las barriadas de zona sur. El club lleva el nombre de Pablo Silva, el adolescente que murió tras una balacera en barrio Itatí hace casi cinco años, y desde hace unas temporadas participa en los torneos de la Rosarina.

Durante la charla con Conclusión, Antonio Silva contó como viene creciendo la institución de zona sur: «Esto es día a día, estamos viviendo una situación rara en la ciudad, trabajamos en la parte social, tratamos de educar a los chicos y a partir de eso que ellos puedan hacer algo que ellos les guste, solo jugar al fútbol».

«Cuando Pablo jugaba en Juan XXIII, él me decía que armara un club y eso me quedó grabado hasta hoy, cuando pasó eso lo primero que pensé fue en armar el club, gracias a Dios todos se me va dando de a poco, con la colaboración de mucha gente para no decaer y podemos tener los chicos contenidos», dijo.

El presidente de la Asociación civil expresó las complicaciones económicas que tienen las entidades barriales: «Todo cuesta el doble, hay que pensar en el papá que no tiene para darle de comer a su hijo, menos va a poder pagar una cuota en el club, es fuerte acompañar a las familias, estoy justamente buscando poder ayudarlos con una comida, la merienda o algo para la cena».

«Mi sueño es que dentro de dos años pueda disfrutar del club, tener todas las categorías completas, el baby, el fútbol femenino, que cada categoría tenga su profe y ese sería el mayor orgullo para mí», sentenció.

Silva habló de la promesa que hizo por su hijo: «Todos los meses tengo un reconocimiento hacia él, porque siento que está conmigo en el día a día con toda la familia».

Mirá la nota completa:

 

Foto: Bruno Cerino.