Los torneos de ascenso de la Rosarina son complicados, ásperos, emocionantes hasta el último minuto y en este 2023, Central Córdoba en la B y Defensores de Funes en la C, se consagraron en buena ley. Conclusión dialogó con Jesús Garnica (el artillero del Charrúa) y Adrián Benítez (el bombardero de los funenses), que contaron sus vivencias.

Una temporada inolvidable para Garnica y Benítez, cada artillero en su respectivo club, aportó más de 20 goles para que junto a sus compañeros puedan lograr el título de la B y C, respectivamente.

Las claves para conseguir la gloria

Garnica: «Fueron fundamentales los técnicos, porque armaron un buen grupo, eso fue lo que nos llevó a coronar, como nos dice siempre él, prefiero tener once guerreros y no once estrellitas, porque al ser individuales no aportan nada».

Benítez: «Los técnicos son dos grandes personas (Raúl y Fabián Belén), grandes técnicos que depositaron la confianza en mi, gracias a Dios terminamos el año de la mejor manera, Defensores de Funes es un club muy lindo, lo rodea muy buenas personas, así que lo tienen muy bien merecido y merecen estar en lo más alto, jugar en el Molinas (Primera A)».

«Goles son amores»

Garnica: «Hice 24 goles en el año, me quedo con los dos tantos que le hice a Defensores Unidos (en la última fecha) en el Gabino, porque estaba mi familia, además siendo hincha de Mercadito. Fue una linda sensación jugar en el Gabino Sosa».

Benítez: «En el torneo convertí 21 goles, hice uno de zurda, que es mi pierna inhabil, contra Sarmiento, me quedo con ese porque la coloqué contra el segundo palo, la enganché con la zurda, no me sale más, jaja».

Lo duro que es jugar en la Rosarina

Garnica: «Aparte es doble sacrificio, porque uno que tiene familia, ir a entrenar todos los días apenas salís de trabajar y no los ves, el que juega Rosarina está preparado para jugar cualquier cosa, sabe lo que significa la presión de jugar con la hinchada al lado de la cancha».

La carrera deportiva

Benítez: «Me inicié en club Sarratea, en el fútbol infantil, después estuve en Argentino, de los 4 años a los 16, tengo un cariño muy grande por el Salaíto, de ahí a Central y después a Unión de Alvarez. Tuve la oportunidad de hablar con mi amigo Sergio Teller, que me abrió las puertas de Defensores de Funes, se nos dio un gran año y gracias a Dios tuve una muy buena racha goleadora».

Garnica: «Arranqué en Morning de muy chico, después dejé el fútbol, un hombre me llevó a Mercadito, tuve varias pruebas, pero no volvía, era muy indisciplinado. Al tiempo me llevó el Mono Santamaría a Acebal, después fui a Mercadito, paso un tiempo, siempre jugué en potrero y me vino a buscar el Mono y me llevó a Central Córdoba».

Las lecciones de vida

Garnica: «Uno se arrepiente porque si uno tenía que estudiar y jugar, me faltaba la disciplina, para Dios nunca es tarde, el siempre abre puertas, le doy gracias a él, porque me levantó cuando yo no jugaba. Empecé la iglesia, porque no era feliz, porque antes cuando jugaba era feliz, él me levantó y le doy toda la gloria a él, él me resaltó».

«Veo varios chicos que no llegan nada y se matan, y la única solución es Dios, antes de tomar esas decisiones, busquen a Dios, como me levantó a mi, puede levantar a cualquiera», sentenció.

Benítez: «Nunca es tarde, siempre uno tiene que luchar por lo que quiere, por lo que sueña, hay que acercarse a Dios, a nuestros seres queridos, para mi el fútbol es mi sicólogo, tengo problemas y vas a un partido, vas a entrenar, te encontrás con tus compañeros, y salís de la realidad un poco, el fútbol es algo muy lindo».

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