Por Paulo Viglierchio

Rosario Central está con buenas sensaciones. El presente en la Liga Profesional lo encuentra con una solidez en los números y empezando a encontrar respuestas también el juego. Tras un comienzo donde lo futbolístico dejó más dudas que certezas, en las dos últimas presentaciones sembró un manto de solidez. A partir de ciertas piezas que pudo empezar a encajar Miguel Ángel Russo, la sintonía en su conjunto es otra. Al margen de los resultados, se percibe cierta evolución en la estructura, lo que permite que la tropa se empiece a sentir más firme en sus pasos.

Para este partido ante Gimnasia en particular, el entrenador canalla dispuso que su equipo volviera a la línea de cuatro defensores, pero con un armado más ofensivo en la mitad, a partir de hombres de buen pie como Malcorra, Campaz y Giaccone, quienes tuvieron la función de abastecer mejor a Veliz. La responsabilidad del juego auriazul pasaba por estos apellidos, el resto a correr y morder para poder sacar contraataques que explotaran los espacios que iba a dejar un Lobo de propuesta interesante y audaz, pero frágil e inocente en el fondo.

Así, los primeros minutos, aunque con inconsistencia, a partir del tridente de zurdos el Canalla tuvo intensidad y buscó llevarse puesto a rival. Lo consiguió por momentos, pero le faltó la puntada final para cristalizar las intenciones. A pesar de ello, cuando la visita se había empezado a acomodar, en su primera llegada, Central pegó. Un gran centro de Coyote Rodríguez encontró a un Veliz que anticipó a su marcador y de cabeza conectó para abrir el marcador. Con la ventaja en su favor, el trámite se presentaba para que los de Arroyito se lucieran.

Sin embargo, Benjamín Domínguez comenzó a complicar con su gambeta y velocidad a la defensa auriazul y a partir del atrevimiento del juvenil, el Lobo creció. Primero rodeó la manzana a partir de posesión y transiciones rápidas, donde el mediocampo local no hacía pie (Ortíz y Montoya perdidos), luego confirmó la tendencia con la igualdad, cuando Barros Schelotto capturó el rebote luego de una gran tapada de Broun ante un bombazo de Miramón y la empujó de zurda para establecer el empate. Por lo hecho por ambos, era justa la parda en el capítulo inicial, con 100% de efectividad en llegadas. El conjunto de Russo había arrancado bien, pero se quedó demasiado y dejó que los de Chirola Romero se animaran. Tarea para corregir en el entretiempo.

Ya en el complemento, la historia fue otra. Central salió a llevarse puesto a Gimnasia, creció la participación de Malcorra y Campaz, quienes se asociaron más en los metros finales, mientras Veliz siguió preocupando y molestando a los zagueros platenses. El esfuerzo tuvo sus réditos. De tanto buscarlo, llegó de vuelta la ventaja. Otro gran centro de Coyote Rodríguez encontró la aparición de Martínez por el sector opuesto, quien conectó de cabeza para poner justicia en los datos. El Canalla salió con otra actitud, dispuesto a no ceder terreno en su casa, y encontró el respaldo con los números.

Con la diferencia otra vez favorable, el equipo de Russo (a diferencia de otros partidos) no se dedicó a cuidar el resultado, sino que fue decidido a resolver el pleito, dada la endeblez del Lobo en defensa y una baja en el nivel general en los 45 decisivos, para pasar del sufrimiento hasta el final, al menos una vez. A pesar de tener poco trabajo, Quintana y Mallo nuevamente sacaron todo lo que les quedó cerca del área, el paraguayo se soltó más por su carril y Martínez, quien hasta el momento venía defeccionando en su labor, ganó en confianza y también aumentó sus proyecciones en el sector derecho. El doble 5 también mejoró, más acoplado en sus movimientos.

El tercero parecía al caer, pero no llegaba y eso le daba vida al visitante. Finalmente, cayó por decantación. Otro buen centro de Malcorra desde el córner encontró la cabeza de Veliz, quien se arrojó y su remate de pique al piso selló la diferencia justa por lo realizado en la segunda mitad. Así, con la figura sobresaliente del 9 incontenible, sacando provecho de los envíos aéreos, el Canalla le dio forma a su segunda victoria consecutiva en el certamen. Con mucha más holgura y tranquilidad en su reducto, alivio para el pueblo guerrero.

Así, Central empieza a afirmarse en su andar. El sendero se ve más lúcido en el juego tras un comienzo con nubarrones. Empezaron a verse conexiones que le dieron un poco más de volumen en esa faceta y, a partir, de ahi, el marcador tiene otra más forma, mayor desarrollo en los medios para alcanzarlo. El barco comenzó a andar en el momento exacto, cuando se aproxima una tierra desafiante, como será el clásico ante Newell’s en la próxima fecha, ni más ni menos. Ese será un partido aparte, sin dudas, pero al menos ahora hay atisbos de mejora que dan una mayor seguridad y permiten trazar un horizonte más visible, la próxima estación será clave para seguir consolidando el rumbo.