Por Santiago Fraga

De un primer tiempo sin emociones a un complemento de película de terror, pero con final feliz. Newell’s consiguió un verdadero triunfazo tras haber merecido menos frente a un Estudiantes sumamente errático.

El partido en la previa no ofrecía demasiado, y poco finalmente fue lo que demostró. Mientras la Lepra venía de un irregular andar en la primera fase, el Pincha llegaba con una importante sequía prolongada en el tiempo, que hoy terminaría profundizando.

A ambos equipos les costó mucho poder generar juego y claridad en la primera parte, lo que se tradujo en poco riesgo en los arcos de Ramiro Macagno y Mariano Andújar. Newell’s apostó por romper con pelotazos cruzados para que Sebastián Palacios y Francisco González ataquen las espaldas de los laterales, pero generalmente quedó solo en intenciones.

En una jugada completamente de otro partido, cuando el local transitaba su momento de menor profundidad, Jerónimo Cacciabue sacó un bombazo que venció por completo a Andújar, para darle lo que al final sería un increíble premio a Frank Kudelka.

Lejos de disfrutar la ventaja o aprovecharse de la desesperación del rival por buscar el empate, el segundo tiempo de Newell’s fue calamitoso.

Aún con su enorme cantidad de problemas y con un equipo lleno de juveniles, Estudiantes comenzó a generar importantes chances de riesgo, que en su mayoría terminaron con la pelota en la tribuna Diego Maradona o en las manos de Macagno.

La expulsión de Manuel Guanini por una infantil patada a destiempo, cuando iban 72 minutos, terminó por complicar aún más el panorama para el Rojinegro, que sufrió hasta el final.

Otro problema repetido es que sigue quedando la sensación de que Newell’s cuenta con más problemas que soluciones en el banco, ya que generalmente cada modificación termina generando el efecto contrario, ralentizando al equipo y distanciándolo.

Si bien Newell’s tiene la chance con este certamen de ganar una clasificación a la Copa Sudamericana del 2022, quizás lo más valioso que pueda sacarse de este torneo, a esta altura, sería probar algunos juveniles que no han tenido tantos minutos como Ramiro Sordo o Juan Sforza, con el objetivo de que se vayan fogoneando en Primera y así conseguir mayores variantes para la triple competencia del año venidero.