Central encontró la fórmula del éxito. Al menos la suya. Es la misma que le permite mantenerse en la cima de la Superliga con puntaje perfecto y el arco en cero. Luego de derrotar por 2-0 a San Martín de Tucumán, con goles de Washington Camacho y Fernando Zampedri, el equipo de Edgardo Bauza se afianzó con otra alegría en el Gigante de Arroyito.

El estilo propio de los canallas se basa en la efectividad por encima de la estética. La prioridad está clara: solidez en el fondo, orden en el medio y oportunismo arriba, un trinomio que le permitió, hasta el momento, ser superior a todos los rivales a los que le tocó enfrentar en este arranque de torneo.

Central volvió a ser un equipo corto y pragmático, al mismo tiempo solidario y paciente, aunque no por eso menos intenso tanto en la búsqueda del arco de enfrente como en la presión al rival. Así fueron los primeros minutos del partido en Arroyito, donde la pelota transitó más entre los defensores que los delanteros, y los mediocampistas aparecían muy lejos de las zonas de peligro.

También te puede interesar: Encontraron explosivos en la previa del partido de Central

No obstante, cuando San Martín se asentó en la cancha, el desarrollo se hizo cuesta arriba para los canallas, que sufrieron la pérdida del balón y, con ella, las oportunidades se vivieron del otro lado. Pero con un gran remate de Camacho, la figura del encuentro, Central logró la merecida ventaja del marcador y el envión necesario para volver a ejecutar su mejor juego.

En el complemento y por decisión del Patón, Central bajó un cambio y planteó un duelo más «aburrido», con lentas transiciones y unas pocas apuestas en ofensiva. En cambio sí optó por resaltar el orden defensivo, con dos líneas de cuatro bien definidas por delante de Ledesma, quien brindó tranquilidad con sus intervenciones. El colombiano Cabezas fue el más destacado de la zaga, además de una buena labor de Parot por izquierda.

También te puede interesar: Central venció a San Martín y es más puntero que nunca

Los ingresos cantados de Andrés Lioi, Germán Herrara y Maximiliano Lovera no cambiaron la trayectoria del partido. Sobre todo porque Zampedri, con una sutil definición de primera tras un gran avance con juego asociado, puso el 2-0 y una mayor tranquilidad para el elenco del Patón. Así, consiguió su primer triunfo abultado del campeonato, ya que hasta entonces no le había sobrado demasiado.

De esta manera, Central volvió a festejar en el Gigante, esta vez ante el Santo tucumano, sobre el que fue superior en todas las líneas. Bauza puede estar tranquilo, sus dirigidos entendieron el mensaje y lo están llevando letra por letra al campo de juego. Es demasiado pronto para perfilar a este equipo como candidato, pero está claro que su nivel de competitividad está intacto y, en una Superliga demasiado chata, dará mucho que hablar.