Por Fabrizio Turturici

Central se reencontró con la sonrisa de su goleador Marco Ruben en el triunfo de 3-1 sobre Arsenal, que significó la despedida del Gigante de Arroyito en esta Superliga, donde está afianzado en zona de clasificación a las copas internacionales y bastante alejado del descenso.

Desde los papeles previos, el elenco de Diego Cocca enfrentaba la necesidad de recuperarse anímicamente tras la anterior caída y el objetivo de consolidar la adaptación de su renovado plantel, incluyendo a su referente y goleador, que volvió a tomar confianza y se anotó tres veces en las redes para delirio del público auriazul.

Con esta premisa, el DT canalla había modificado el dibujo táctico, movido algunas piezas dentro de la pizarra y producido el debut del uruguayo Federico Martínez por el extremo izquierdo. Como consecuencia, se le dio más abastecimiento a la delantera pero menor contención en el mediocampo, pero ese jugador acabó siendo determinante con un penal provocado y una exquisita asistencia.

El retroceso, la generación de juego y el apoyo de los laterales, que eran los ítems a resolver en este cotejo, pudo disimularlos gracias a la eficacia en arco contrario, aunque quedó mal parado en varias expediciones contrarias donde no hacía pie y quedaba mano a mano en el fondo.

La dinámica del primer tiempo se desarrolló como si se tratara de los últimos cinco minutos de una final, donde ambos iban al frente sin ideas y salteando la línea de volantes. La impaciencia se trasladó de las tribunas al campo y el arranque prometedor del Canalla se esfumó rápidamente, cuando se le agotaron los circuitos de juego y terminó cayendo en el pelotazo cruzado de los defensores.

Algunas cosas seguían sin funcionar, como el sistema defensivo que lo dejó expuesto de no haber sido por tremendas intervenciones del arquero Ledesma, quien evitó la caída de su arco. Es que Rinaudo miraba la jugada de atrás, Pereyra no aportaba nada sin la pelota (pero sí con ella) y los extremos no retrocedían. Eso sumado a la posición fantasma de Zabala, cuyo factor sorpresa no funcionó y volvió a sobrar en la cancha.

Ya en el segundo tiempo, con la confianza del ‘9’ y de todo el conjunto, supo dominar las acciones y el resultado nunca corrió peligro. De esta manera, consiguió un triunfazo que lo deja bien posicionado en ambas tablas de cara al final del torneo. Es cierto que Cocca debe corregir puntos en el funcionamiento, pero siempre es más fácil hacerlo así, con otra goleada en casa, con el ánimo por las nubes y una posición de privilegio de cara a la última fecha y a la Copa de la Superliga.