Por Fabrizio Turturici

Central volvió a perder de manera impresentable sobre el final, esta vez ante San Lorenzo, uno de los peores equipos de la Superliga, que se impuso por la mínima en el Gigante de Arroyito con un gol agónico de Juan Camilo Zalazar.

En mucho más que una derrota, el cuadro canalla parece haber llegado a un límite donde se impone el fin de ciclo para muchos, entre ellos el entrenador Paulo Ferrari, quien con falta de pericia se hizo cargo de un equipo que está cada vez más complicado con el descenso.

Con la vuelta al sistema de dos puntas, uno de los problemas estuvo enfocado en la terminación de las jugadas, producto de la falta de compatibilidad entre los dos centrodelanteros, Zampedri y Herrera.

Es que dentro del esquema, ambos cumplían la misma función, chocándose entre sí y sin poder consolidar una fórmula complementaria para lastimar el arco de Torrico. Tanto es así que ni siquiera lograron conectar una gran cantidad de centros bien colocados desde las bandas.

A pesar de que Gil tenía la zona del mediocampo liberada para la creación, y de que Camacho y Vergara desbordaron permanentemente por los extremos, el elenco auriazul no supo capitalizar las facilidades que ofrecía el fondo azulgrana.

Al estar sus defensores parados en la misma línea imaginaria, la llave estaba en una asistencia del Colo para los que piquen con diagonales a espaldas del rival, pero no pudo lograrlo y terminó cayendo en una lluvia de envíos aéreos infructuosos.

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La segunda parte se dio de manera más trabada que jugada, con interrupciones del árbitro y pases hacia atrás de los jugadores. Lejos de buscar el resultado, aunque arrastraban una larga sequía en la Superliga, daba la sensación de que ambos se conformaban con un empate insulso y de poco rédito en la tabla de posiciones.

Además, hubo varios errores no forzados que arruinaron el juego asociado que tanto Central como San Lorenzo intentaban -por supuesto- sin éxito.

Los tardíos ingresos de Pablo Becker, Néstor Ortigoza y Maximiliano Lovera, en lugar de Herrera, Camacho y Vergara respectivamente, no lograron cambiar el desarrollo del juego en favor del conjunto auriazul.

La imagen final era la de un Central metido en su propio arco pese a la localía y lo terminó perdiendo en el último contragolpe por el gol de Zalazar.