Por Santiago A. Fraga

Newell’s Old Boys cuando tiene la pelota, desnuda sus falencias, y la derrota por 2 a 1 frente a Defensa y Justicia este lunes terminó por demostrarlo. Con el crédito de la línea de 5 agotadísimo por los últimos malos rendimientos, Javier Sanguinetti volvió a apostar por la línea de 4, con la que logró tener un mayor protagonismo pero sintió la falta de un creativo en ataque para convertir eso en ocasiones netas de gol.

En ambos tiempos de este partido, la ‘Lepra’ terminó con un 70% de posesión contra un 30% de Defensa y Justicia, siendo la segunda vez como local y la tercera vez en el torneo en que finaliza arriba en esa estadística (los otros partidos fueron contra San Lorenzo y contra Central, donde en ninguno convirtió).

Traducido en el juego, al rojinegro le cuesta encontrar la forma de atacar cuando tiene que elaborar la jugada, aún cuando logra tener eventuales llegadas (en la primera parte tuvo 11 tiros totales, 4 al arco). Al no contar con jugadores que puedan romper la defensa contraria con individualidades, las jugadas se terminan ensuciando a medida que la ‘Lepra’ tarda en acercarse al área rival.

A lo largo del campeonato, este Newell’s de Javier Sanguinetti sacó mucho más fruto tanto de los contraataques rápidos, menos pensados y más verticales, como de las jugadas de pelota parada, por lo que tener que elaborar la jugada desde cero termina convirtiéndose a veces en un peso.

En esto, obviamente, lo importante son los nombres, ya que ninguno de los integrantes del tridente ofensivo son capaces de crear o resolver las opciones de ataque leprosas. Francisco González lo que tiene de entrega le falta en técnica, Juan García, inconexo, demuestra más intención que juego y Ramiro Sordo combina destellos interesantes con jugadas desperdiciadas.

El único jugador con las cualidades técnicas para ser la excepción en este aspecto ofensivo es Pablo Pérez, pero Sebastián Beccacece lo entendió previamente y anuló al jugador leproso con una continua presión, garantizándole la marca de dos jugadores para cuando quisiera perfilarse en cada jugada.

De esta forma también se hizo más notorio el juego con la pelota en los pies de Juan Sforza, aunque resulta más útil para limpiar las jugadas en campo propio que para romper líneas (en la faceta ofensiva fue muy errático).

Por si esto fuera poco, cada vez que el local logró llegar con peligro, terminó fallando ocasiones clarísimas como los cabezazos de García y Ditta en el primer tiempo o el de Garro en el segundo.

En contraposición, lo que siempre ayudó a Newell’s cuando los ataques no fueron fuertes fue la seguridad defensiva, pero desde el partido con Patronato (y especialmente desde la salida de Ramiro Macagno) se nota un bajón de confianza que se traduce en errores individuales.

Esta vez la ‘Lepra’ sufrió el cachetazo bien temprano, ya que en la primera jugada que tuvo el visitante, a los 4 del primer tiempo, realizó un mal retroceso y tras un pifie de Willer Ditta le regaló a Defensa el primer gol del partido, con Nicolás Fernández recibiendo en soledad en el área tras el centro de Gastón Togni.

Así y todo, el equipo de Sanguinetti pudo empatarlo en varias ocasiones, entre intervenciones de Ezequiel Unsain y pelotas que pasaron cerca, pero nunca dio la sensación de que Defensa y Justicia se sintiera incómodo con el desarrollo del encuentro.

En el segundo tiempo, el rojinegro volvería a tener la mala suerte de sufrir un gol tempranero, luego de que a los 2 minutos el recién ingresado Manuel Duarte probara con un remate lejano que, tras desviarse en Ditta, terminó entrando al arco ante una floja respuesta del arquero Franco Herrera, afectado igual por la trayectoria cambiante de la pelota.

Con esta lectura del partido y el resultado adverso, Sanguinetti decidió que los tres primeros cambios sean en la zona de ataque, con García y González dejando su lugar por Genaro Rossi y Juan Garro en primera instancia, y con Djorkaeff Reasco ingresando luego por Pablo Pérez.

Sin embargo, con esta superpoblación en ataque Newell’s volvería a padecer algo que sufrió en el clásico: muchos jugadores en el área y nadie que lleve la pelota hasta allí.

A diferencia del partido con Central, el ingreso de un motivado Reasco le dio levemente más movilidad al ataque rojinegro, pero la apuesta nunca dejó de ser saltearse la zona media con pelotazos entre los defensores y los atacantes.

Durante los últimos 30 minutos, entonces, se repitió la misma película una y otra vez: Defensa y Justicia siendo paciente, haciendo tiempo y dejando que el rival juegue; y Newell’s atacando como podía y errando cuando lograba ser peligroso.

El último intento de Sanguinetti por revertir algo fue a los 41 minutos del segundo tiempo, reemplazando a Sforza y Sordo por Guillermo Balzi y Nazareno Funez.

Sobre el final quedaría tiempo para el descuento de la ‘Lepra’ (de autoría repartida entre Reasco y Garro), más un premio al esfuerzo de los jugadores y al aguante de los hinchas que una opción real de alcanzar un empate en el partido.

Newell’s lo pudo haber ganado si hubiera sido más eficaz, pero aún teniendo la pelota y las ocasiones nunca terminó por someter a su rival, que no necesitó de grandes virtudes para encontrarse con dos goles y llevarse el encuentro.

Con un equipo que no brilla por su juego, los resultados son los que mandan y así como la ‘Lepra’ hasta hace unas fechas era puntero invicto, ahora registra cinco encuentros sin victorias y dos derrotas seguidas. En este fútbol argentino tan cambiante, si hoy ganaba quedaba 3º, pero con esta derrota se ubica 8º.