Wayne Rooney, hasta hace poco capitán de la selección inglesa de fútbol, fue condenado este lunes a dos años sin conducir, además de realizar cien horas de trabajo social, producto de ser detenido estando ebrio al volante.

El delantero de 31 años del Everton fue sorprendido por la policía local, el pasado 1º de septiembre a las 2 de la madrugada, conduciendo con más alcohol del permitido en la sangre, el auto de una mujer que lo acompañaba y a la que había conocido en un bar esa noche.

El juicio, que duró unas pocas horas porque Rooney se declaró culpable, tuvo lugar en un tribunal de Stockport, en el noroeste de Inglaterra, y, al término del mismo, el jugador difundió un comunicado a través de la agencia británica Press Association en el que pidió disculpas y expresó su arrepentimiento.

«Tras la audiencia judicial de hoy, quiero pedir públicamente disculpas por mi falta de juicio al conducir (con alcohol) por encima del límite legal. Fue completamente equivocado. Ya he pedido disculpas a mi familia, a mi entrenador y presidente y a todos en el Everton”, expresó.

«Acepto por supuesto la sentencia de la corte y espero hacer enmiendas durante mi servicio comunitario», agregó. Vale aclarar que Rooney lleva casado desde 2008 con Coleen, con la que empezó a salir en la escuela y con quien espera su cuarto hijo.

Mejor goleador histórico de la selección inglesa con 53 tantos en 119 partidos, Rooney anunció su retirada internacional el 23 de agosto. En julio dejó el Manchester United, donde jugó 13 temporadas, para regresar al Everton, el club en el que se formó y en el que saltó a la fama.