Mejor imposible, el arranque demoledor de la Lepra entusiasma a su gente. El elenco de Larriera está convencido de la idea que le transmite el DT, sabe a qué juega, intenta sufrir poco y tiene un nueve (el colo Ramírez) que está intratable.

Había muchos interrogantes tras la salida de Heinze, la Lepra necesitaba cambiar la imagen futbolística para volver a ser protagonista. La llegada del uruguayo Larriera era una incógnita, pero rápidamente las dudas se transformaron en certezas y el Rojinegro vive un presente tan inesperado como merecido, por el juego que exhibe.

Newell’s está convencido del plan de juego, se nota en cada pase, en la salida rápida y furiosa, cuando cruza la mitad de cancha, con un estratega notable como Ever Banega dentro del campo de juego, las formas para atacar se simplifican.

Un equipo que exhibe pragmatismo a la hora de buscar la diferencia a favor, sin apurarse, con la paciencia y sabiduría de hombres que con mucha experiencia, encuentran los caminos al gol. También se pone el overol, cuando se necesita lucha y seguridad en el fondo, respaldados por la seguridad de Macagno.

Y este viernes, deslumbró el Colo Juan Ignacio Ramírez, que dio una clase de contundencia, de cómo jugar cuando tenés un nueve infernal. El delantero uruguayo hizo goles para todos los gustos, concluyó una jugada bárbaro en el primero, probó desde afuera con la complicidad del uno local, en el segundo y aseguró con un gol de baby fútbol en el tercero.

Ramírez suma cinco goles en tres partidos y medio, un promedio notable, que le trae esperanza al mundo Leproso, que extrañaba la presencia un nueve en el club. Ese nueve que tanto pedía la gente, en la pobre gestión Heinze.

Newell’s tiene un arranque para soñar, cuatro ganados sobre cuatro jugados, tuvo buenos momentos futbolísticos, exhibe concentración, lucha, ambición ofensiva y se defiende correctamente, características de un equipo para pelear arriba.