Llop mira al plantel, imagina el futuro y le cuesta ser optimista. Difícilmente lo diga públicamente, pero el DT sabe que no será fácil revertir la imagen. La billetera está vacía y apenas podrá sumar dos refuerzos, y uno de ellos, Bernardello, es más para sumar en el vestuario que dentro de la cancha.

Debe estar preocupado Llop, y tiene razones de sobra. Su único nueve es Luis Leal, que demostró ser una alternativa viable, aunque tampoco es para dormir libres de angustia. Y si le pasa algo al portugués, lesión, expulsión o racha adversa, detrás ni siquiera hay un juvenil. Por eso insiste con Cuqui Marquez como si se tratara de Luis Suárez o Icardi, es que en este contexto leproso, no está tan lejos de serlo.

Sarmiento es toda una incógnita, puede romperla o ser un youtuber devenido a futbolista. Llop necesita su mejor versión, aunque ya se le venció la garaconfiarno le queda otra que confiar.

Entonces, quedan los pibes, la apuesta fuerte de la dirigencia que necesitará de paciencia. Si responden, tal vez sea la salvación económica y deportiva; si no resulta el fusible será Llop. Y por eso debe estar preocupado.