Por Fabrizio Turturici

Si hay algo que destaca en este Central es el camino señalado por sus referentes. Así como en su momento le tocó a Emiliano Vecchio, hoy el que se encuentra en plenitud es Marco Ruben, que con su doblete le dio el triunfo en el sur bonaerense y se colocó, con 91 festejos y contando, a solo siete de la historia máxima del profesionalismo.

Los dirigidos por el Kily González no la estaban pasando bien en cancha de Banfield, donde desde temprano sufrió el gol de Juan Manuel Cruz tras una desatención defensiva de las que tanto se repiten en este ciclo y de las que parece no haber solución.

Sin embargo, rápidamente y aunque todos los méritos se los haya llevado Lucas Gamba por su gran maniobra, el ‘9’ auriazul la empujó a las redes firmando el empate ante un Taladro que no ganaba desde hace siete fechas y tenía todo para revertirlo.

La primera mitad en el Florencio Sola se jugó con gran intensidad de ida y vuelta, como acostumbran a ser los partidos del Canalla, y la característica fue la enorme cantidad de faltas recibidas y el desaprovechamiento de la pelota parada.

Central apostaba a los ataques directos salteando líneas con envíos largos desde la defensa y Banfield al despliegue de sus jugadores en el mediocampo, sobre todo de Giuliano Galoppo, y la velocidad por las bandas que le otorga un sistema abierto.

En la segunda parte, Emiliano Vecchio, que no jugó en buena forma física, llegó tarde a una pelota y se ganó su segunda amarilla. La noche parecía venirse en Buenos Aires, pero el propio Galoppo hizo lo mismo y dejó en paridad al encuentro.

El Kily acertó en los cambios con el ingreso de Alan Marinelli por Gamba, que salió lesionado, porque el juvenil aprovechó un desborde para meterle el centro a la cabeza de Ruben, que le dio un inesperado triunfo agónico a su equipo.