Por Santiago Fraga

Los días del rosarino Juan De Martini suelen ser bastante cargados. Mañana y tarde emplea su tiempo trabajando en una empresa que se dedica al rubro ferroviario, mientras que la noche la ocupa para ir a estudiar a las dos carreras que cursa y de las que está a punto de recibirse, la Licenciatura en Administración de la UNR y la Tecnicatura en Comercio Exterior en el Centro de Estudios Superiores. Únicamente bien temprano por la mañana es que tiene un tiempo libre, que lo dedica íntegramente para el entrenamiento de su deporte predilecto: la arquería.

Tanto esfuerzo se vio recompensado, ya que ‘Juani’ será uno de los tres arqueros que representen a la Argentina en los Juegos Olímpicos Universitarios de Taiwán, a realizarse en mediados de agosto de 2017.

Lo que comenzó como un hobbie tras quedar encantado con el personaje de Legolas en la famosa trilogía del Señor de los Anillos se volvió cosa seria y lo llevó a hoy día estar por disputar una medalla para su país; pero el camino a ello, como en la totalidad de los deportes amateurs, no fue nada fácil.

“Con el estudio y el trabajo no queda tiempo para nada más que entrenar, tocar el equipo y ponerlo a punto. Muchas veces en el trabajo no te queda otra que ponerte a arreglar flechas o a estudiar, porque el tiempo es un bien muy escaso y es mucho lo que hay que hacer”, comentó Juan De Martini en diálogo con Conclusión.

La clasificación a los Juegos Olímpicos Universitarios (o “Universiadas”), que se disputan en distintos formatos desde 1923, se dio tras un torneo homologatorio de Tiro con Arco realizado en Santo Tomé. Unos 15 tiradores que cumplían con los requisitos de edad y residencia impuestos por la Fedua (Federación del Deporte Universitario Argentino), la Ctdua (Comité Técnico del Deporte Universitario Argentino) y la Fadarco (Federación Argentina de Tiro con Arco) compitieron, y a raíz de los resultados quedaron clasificados un cordobés, una porteña y el rosarino. Los Juegos tendrán lugar entre el 19 y el 30 de agosto en China Taipéi (capital de Taiwán, o la República de China), y los tres arqueros competirán de forma individual y por equipo, en busca de una medalla o diploma olímpico.

Nada fácil (ni barato)

Como suele ocurrir en casi la totalidad de los deportes amateurs, el camino para llegar a las competencias internacionales es largo y complicado. En el caso del Tiro con Arco, para quien practique la disciplina en Argentina es el doble de difícil, al ser casi imposible conseguir un acuerdo de prostaff, que se le otorga a los tiradores de elite mundial.

“Un tirador de elite mundial tiene una beca, se levanta, entrena y tiene un equipo atrás; nosotros nos levantamos, entrenamos, tenemos que ir a trabajar, a estudiar, y se complica mucho llegar a esos niveles”, contó De Martini, quien sostiene que aún así, con “garra, huevo y corazón” se pueden alcanzar los logros a los que llegaron.

El deporte en el país es completamente autofinanciado, desde el equipo (arcos, cuerdas y flechas), que cuesta alrededor de unos 7 mil dólares, hasta los viajes obligados que deben realizar por torneos y entrenamientos, que le demandan estar constantemente en lugares como Córdoba o Buenos Aires.

Incluso su entrenador, Maximiliano Fuentes, también está en la capital cordobesa y lo debe visitar cada 15 o 20 días. “Es todo a pulmón, pero cuando vienen estas cosas sentís que valió la pena todo el esfuerzo que uno hizo”, concluyó.

Del Señor de los Anillos a China Taipéi

“Yo me acerqué a la arquería como un hobbie. Como todos vi el señor de los anillos, me gustó Legolas, me gustó lo que hacía y arranqué creyendo que era así, la arquería tradicional”, recuerda ‘Juani’ a la hora de hablar de sus comienzos en el Tiro con Arco.

Con el tiempo fue interiorizándose más en el deporte y realizó un curso de iniciación en el club Fábrica de Armas (Calle 1209 al 3350), lugar en el que actualmente se entrena y donde agarró el gusto por el deporte.

De Martini se especializa en el arco compuesto, una de las dos variantes que tiene el deporte (la otra es el arco recurvado): “Me gustó la precisión y la ingeniería que tenía. Después empecé a entrenar, me gustó cada vez más y luego me conseguí un entrenador, Maximiliano Fuentes, a quien aprecio muchísimo porque verdaderamente ‘me enseñó a tirar’”.

De igual manera, Juan De Martini comentó a Conclusión que siempre le gustó la competencia y el deporte, y que desde chico su sueño era participar de un Juego Olímpico. “Con la arquería pude encontrar el gusto y cumplirlo. La idea de ser olímpico, de competir, del alto rendimiento. Se combinaron tres cosas, un hobbie, una pasión y una carrera deportiva”, remató.

Expectativas

Para Juan, lo que podrá pasar en las Universiadas dependerá de los próximos entrenamientos. La competencia se divide en una etapa clasificatoria y otra de eliminación. En la primera, se realizan dos tiradas de 36 flechas, con un puntaje de 360 en cada una (dando un total de 720 puntos en 72 flechas).

“En Argentina para entrar te piden un mínimo de 340 puntos, que es muchísimo, entonces vamos a ir al torneo tratando de pasar esos 340. Estos días fue en Shangai el mundial de los ultra profesionales, y el que más tiró hizo 353, o sea que 340 y pico es muy cerca de lo mejor del mundo”, explicó el atleta rosarino.

“La idea es hacer un muy buen torneo, terminar muy arriba en la clasificación para en las eliminaciones llegar a lo mejor que se pueda. Llegar con una medalla o una mención olímpica sería un logro inimaginable”, afirma.

Finalmente, una de las principales ideas que pregona de cara a la competencia es la famosa frase del Barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos Modernos, en su discurso de apertura de las Olimpíadas de Berlín 1936: “Lo importante en los Juegos Olímpicos no es ganar, sino participar. Igual que en la vida, el objetivo no es conquistar, sino luchar bien”.