Del puesto 1.042 mundial al 38 protagonizando los momentos imborrables del año, con victorias ante Novak Djokovic, Rafael Nadal, Andy Murray y Marin Cilic, para lograr una medalla olímpica y la Copa Davis. El curso tenístico 2016 será siempre recordado por la heroica resurrección del argentino Juan Martín Del Potro.

Cuando el 3 de febrero reapareció en el modesto torneo de Delray Beach gracias a una invitación, la Torre de Tandil había caído a los abismos de la ATP. Intentaba regresar a la élite tras dos años casi en blanco por un calvario de lesiones en la muñeca izquierda.

Cinco del mundo a principios de 2014 justo antes de iniciar su odisea, pocos confiaban en que el ganador del US Open en 2009, considerado la gran amenaza para romper la dictadura del Big Four del tenis mundial (Federer-Nadal-Djokovic-Murray) recuperara su nivel.

Pero diez meses después de aquel humilde regreso con victoria ante Denis Kudla en la competición de Florida (Estados Unidos), el argentino parece no tener techo.

Tenacidad mental de los elegidos

«Lloro por alegría y no por tener que abandonar o tener molestias en mi muñeca», dijo tras ganar en Madrid al austriaco Dominic Thiem, el hombre revelación de la temporada, en mayo, cuando su mejor versión empezaba a tomar forma.

Delpo ha renacido con el tenis demoledor de siempre y la tenacidad mental de los elegidos. En su segunda vida como profesional sabe lo que es pasar por el infierno y no hay situación imposible en la cancha que se le resista.

Sólo así se explica su triunfo ante Nadal en una histórica semifinal de los Juegos de Rio. Entonces se arrodilló y besó el logo de la cita olímpica, en la que ya había eliminado a Djokovic en primera ronda.

Luego cayó en la final ante Murray, ganador de su segundo oro consecutivo en individuales tras el que logró en Londres 2012.

El escocés es el otro nombre propio del año tras finalizar como número 1, arrebatando esta posición a Djokovic tras una segunda mitad de temporada espectacular, en la que cosechó una larga lista de trofeos, destacando Wimbledon, el triunfo en Rio y el Torneo de Maestros.

No pudo revalidar la Copa Davis porque en semifinales se topó con Del Potro, capaz de ganar al héroe inglés en su propia casa en un partido épico de cinco sets que encarriló la eliminatoria.

Pero fue en Zagreb, en la final ante Croacia, donde llegó la obra de arte del tenista tandilense. Con 2-0 en contra ante Marin Cilic en el cuarto partido, Argentina estaba a un paso de quedarse de nuevo a las puertas de la Ensaladera.

Entonces surgió su fortaleza mental nacida de la debilidad. Con una fisura en el dedo meñique de su mano izquierda para otorgar más épica al momento, se anotó tres mangas e igualó la final. Federico Delbonis certificó el triunfo y la primera Davis para Argentina.