Novak Djokovic derrotó a Kevin Anderson por 2-6, 2-6 y 6-7, en algo más de dos horas, y se consagró como el nuevo campeón de Wimbledon. A dos años de su último grande (Roland Garros 2016) y tras las lesiones en el codo, el serbio volvió al centro de la escena mundial.

El comienzo del partido fue inmejorable para Djokovic. El serbio le rompió el servicio al sudafricano en el primer y quinto juego y ganó el primer set por 6-2 en menos de media hora. Lo mismo sucedió en la segunda manga: logró dos breaks importantes en el primer y quinto juego y se lo llevó también por 6-2. Ya en el tercero lo tuvo que luchar un poco más porque Anderson recuperó la movilidad y los primeros saques. Pero en el tie-break no dudó y lo ganó 7-3 para elevar un nuevo título en Wimbledon y el decimotercer grande en su cuenta personal.