Rosario vive a pleno la previa de un clásico que ya es parte del folclore del fútbol argentino. En ese marco, este miércoles se realizó un encuentro que ya se está convirtiendo en tradición: el clásico por la convivencia y la paz, que se traduce en que decenas de chicos y chicas que practican fútbol en distintos clubes de los barrios de la ciudad juegan sus propios clásicos para fomentar así la tolerancia y la pacífica convivencia de los hinchas rivales.

En horas del mediodía el intendente Pablo Javkin recibió a algunos de esos chicos junto al arquero rojinegro Ramiro Macagno y al delantero canalla Luca Martínez Dupuy. Tras el encuentro, que se realizó en el Palacio de los Leones, la comitiva caminó hasta el Monumento Nacional a la Bandera donde realizaron la esperada foto.

«Esto es lo que siempre queremos», dijo Javkin a Conclusión. «El clásico es una de las fiestas más lindas que tiene la ciudad, es la fiesta del fútbol y acá hay un montón de chicos que juegan al futbol en barrios de la ciudad y que tienen esta ceremonia de jugar cruzados en los días previos al clásico y queríamos que nos acompañen en el Monumento», relató el intendente.

Javkin remarcó que el clásico rosarino «es uno de los partidos más apasionantes que tiene el fútbol argentino». «Queremos recuperar el espíritu. Ojalá se pueda jugar varias veces al año».