Por Fabrizio Turturici

Las claves del histórico triunfo de Central contra River se pueden leer a trasluz en los papeles previos, ya que el técnico canalla Diego Cocca diseñó un acertado plan para bajar al equipo titular de Marcelo Gallardo, campeón y finalista de la Copa Libertadores de América.

Es que se reconoció inferior y trabajó a partir de eso, duplicando esfuerzos defensivos y apostando a defender el cero en su arco, sabiendo que contaría con alguna posibilidad, ya sea de pelota parada, de contraataque o de rebote, para dar el gran golpe luego de 22 años.

Cocca realizó un planteo similar al de Boca por la Supercopa en Mendoza, resultado donde también mantuvo el arco en cero, con la diferencia que acá «entró la pelotita», como declaró el propio entrenador en conferencia de prensa haciendo referencia a la suerte.

Lo cierto es que más allá de los factores casuales a los que hizo alusión, hubo una causalidad importante, una relación entre causa y efecto, que fue el pragmatismo de la táctica elegida y el compromiso de los jugadores para llevarla a cabo únicamente en pos del resultado.

El técnico auriazul hizo hincapié en la flexibilidad del equipo, el hecho de tener variantes para que el rival «no sepa cómo vas a jugar», algo que aplicó ayer en el Monumental, defendiéndose todo el tiempo y sabiendo cuándo había espacios para lanzarse.

El sello distintivo en esta ocasión fue Emmanuel Ojeda, aquel talismán que salvara las papas en la final de la Copa Argentina y que luego dejaran insólitamente olvidado en la reserva; jugador clave para llevar a cabo la estrategia por sus relevos y coberturas.

Es que Ojeda, ese clásico cinco de quite con buen pie para la salida, tiene una diferencia sustancial con Fabián Rinaudo y es su sentido de la ubicación en el campo de juego. Mientras Fito elige salir a presionar dejando descubiertas sus espaldas en el retroceso, el pibe de la reserva queda siempre bien parado para recibir la jugada de frente.

Otro acierto en la formación fue el ingreso de Miguel Barbieri, porque su velocidad para el recorte -superior a la de Caruzzo- achicó el margen de vulnerabilidad que había en la transición de defensa y mediocampo por tener dos centrales pesados y lentos.

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La táctica inicial de 3-2-4-1, con Brítez sumándose a la zaga central, Molina y Gamba como laterales volantes y tres número ‘5’, le permitió efectuar un plan estratégico de repliegue y contragolpe con superpoblación en su campo para salir rápido en ataque.

Lo positivo del esquema fue que le permitió moldearse en un 5-4-1 cuando no tenía la posesión de la pelota, con nueve jugadores abocados exclusivamente a tapar los espacios -con la única excepción de Riaño- y cortar los circuitos de juego de River. Así, no quedó mal parado nunca y retrocedió bien a diferencia de partidos anteriores.

Con el balón en sus pies, aunque es cierto que lo hizo muy poco, la distribución de jugadores se parecía más a un 3-3-3-1, con Molina formando un buen tándem con Rius por derecha y Gamba llegando sin resto físico por izquierda. Además, Riaño hacía el trabajo sucio y los tres volantes centrales servían como punto de apoyo, pero con poco aporte ofensivo.

Luego del gol de carambola convertido por Gamba, casi desde el vestuario del entretiempo, se dio el partido más cómodo para los canallas, que jugaron con el nerviosismo y la imprecisión rival causada por una sensación de «injusticia» en el resultado.

Más allá de algunas lógicas circunstancias de inercia, el arco de Ledesma no corrió peligro concreto de empate, gracias también al buen trabajo de Barbieri y sus compañeros de última línea, y los de Arroyito se llevaron de Núñez tres puntos de oro para los promedios.

Quizá los puntos más flojos volvieron a estar en Gil y Riaño. El Colo, no haciendo pie con la importante responsabilidad de ser el motor de juego del equipo; y el delantero, volviendo a estar ausente en zona de definición, su tarea principal como goleador del equipo.

En líneas generales, Central consiguió una victoria inmejorable en una cancha adversa, lo que le permite sumar su segunda victoria consecutiva luego del cimbronazo que casi lo deja sin técnico por una racha negativa donde no mostraba rendimientos ni resultados, y deberá ratificarlo la próxima fecha en el Gigante contra un rival directo como Aldosivi.