Boca Juniors y River Plate, los dos clubes más populares de la Argentina, paralizarán al país futbolero con el primer capítulo de la final de la Copa Libertadores, en el marco de un certamen continental atípico. Luego de la suspensión del sábado, el partido que se juega este domingo desde las 16 en La Bombonera.

El partido desquite se desarrollará el sábado 24 en el estadio Monumental, también a partir de las 17. A diferencia de las otras instancias previas del certamen el tanto obtenido en condición de visitante no tendrá doble valor.

Boca arribó a la final luego de dejar en el camino a Palmeiras de Brasil (2-0 en la ida y 2-2 en San Pablo), mientras que River marginó de la competencia a Gremio de Porto Alegre, campeón en la edición 2017, con una agónica victoria 2-1 en condición de visitante, luego de haber caído 0-1 en Núñez.

Por lo pronto será la tercera vez en el historial de la Copa Libertadores que dos equipos de una misma nación se medirán en una definición copera. Las dos primeras involucró a representantes brasileños, tal como aconteció en 2005 (San Pablo-Atlético Paranaense) y 2006 (Internacional de Porto Alegre-San Pablo), sucesivamente.

Las llegadas de Boca y River a la final denotan en este certamen una ligera superioridad de las entidades argentinas, que lograron meter cuatro representantes entre los ocho mejores, donde Independiente y Atlético Tucumán resultaron eliminados en cuartos de final.

Hace poco más de un mes, en tanto, estos mismos adversarios se vieron las caras en el mismo escenario de mañana, por la sexta jornada de la Superliga.  En aquella ocasión, el equipo conducido por Marcelo Gallardo –quien mañana no podrá asistir al estadio por una sanción dictada por la Conmebol- se impuso por 2-0, con tantos de Gonzalo Martínez e Ignacio Scocco.

Los especialistas, la prensa deportiva y los aficionados que están atentos a lo que sucede día a día coinciden en el hecho de que la distancia que pudiere haber existido en rendimientos de uno y otro parece haberse achicado a una mínima expresión.

Boca logró cierta consistencia como conjunto, con la premisa de no salir ciegamente a atacar desde el minuto inicial, además de una mitad de cancha más batalladora, con Nahitan Nández, Wilmar Barrios y Pablo Pérez como ejes.

En cuanto a la preparación de los equipos el rosarino Pérez trabajó en forma diferenciada en los últimos días en el elenco de Guillermo Barros Schelotto.  La presencia del ex Newell’s parece garantizada, aunque cualquier eventual ausencia le abriría la puerta a Fernando Gago o a Agustín Almendra.

Por el lado riverplatense, la ausencia del desgarrado Leonardo Ponzio implicará –casi con seguridad- una estructura diferente en la zona central, con la hipotética inclusión de dos mediocampistas de contención (Enzo Pérez, Bruno Zuculini) para liberar por las bandas a Ignacio Fernández, por derecha, y Ezequiel Palacios, por izquierda.

Matías Biscay, principal asistente del «Muñeco» Gallardo, que mañana asumirá las riendas de la conducción, mostró el carnet de socio adherente al «club del misterio» y tampoco confirmó la alineación de su equipo.

Boca-River, el cruce al que muchos califican como la “mejor final” del mundo futbolístico, atribuyéndole incluso un carácter superior a una eventual definición de Copa del Mundo entre Argentina y Brasil, vivirá mañana el capítulo uno de la final del torneo más importante a nivel continental.

Un terreno de juego embarrado ante el presagio de lluvias y tormentas eléctricas previsto para la noche del viernes y madrugada del sábado podría agregarle un condimento épico a una definición en la que nadie parece quedar ajeno.

Probables formaciones:

Boca: Agustín Rossi; Leonardo Jara, Lisandro Magallán, Carlos Izquierdoz y Lucas Olaza; Nahitan Nández, Wilmar Barrios y Pablo Pérez; Sebastián Villa, Ramón «Wanchope» Abila y Cristian Pavón. DT: Guillermo Barros Schelotto.

River: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola y Milton Casco; Ignacio Fernández, Enzo Pérez, Bruno Zuculini y Ezequiel Palacios; Rafael Borré y Lucas Pratto. DT: Matías Biscay.

Arbitro: Roberto Tobar, de Chile.