El médico clínico Pedro Di Spagna aseguró ante la Justicia que no cometió ningún delito en la atención de Diego Armando Maradona, al tiempo que culpó a la psiquiatra Agustina Cosachov y a una coordinadora médica por no haberle indicado que volviera a revisar al astro en los días previos al fallecimiento.

Di Spagna estuvo con Maradona el 12 de noviembre de 2020 en el barrio privado San Andrés de Tigre para una «interconsulta» y sólo informó su estado, ya que «tenía sus médicos tratantes».

«El nexo entre los médicos tratantes, que yo no los conocía, la familia, el paciente Maradona y nosotros iba a ser la Dra. Forlini (coordinadora médica de la prepaga Swiss Medical)», señaló al declarar ante la justicia.

Di Spagna recordó que, tras la consulta, se pidieron para Maradona estudios de laboratorio, análisis de sangre, orina, electrocardiograma, radiografía de tórax y otros.

Luego relató que quiso volver a ver a Maradona el 19 de noviembre e ingresó al barrio cerrado, pero el neurocirujano Leopoldo Luque salió de la propiedad y le dijo que el paciente no quería ser revisado.

Afirmó que después también Gianinna Maradona hizo lo propio al decirle que no lo habían podido convencer a su padre para que lo recibiera.

El médico les apuntó a la psiquiatra Agustina Cosachov y a Forlini como responsables de no permitirle revisar a Maradona.

En la indagatoria ante los fiscales de San Isidro, reprodujo un audio en el que Cosachov le indicó que no debía volver a verlo de inmediato.

Afirmó que había una orden de la psiquiatra para darle tiempo de tranquilidad a Maradona y no molestarlo durante el fin de semana largo, que precedió a la muerte del 25 de noviembre.

«No fue la familia la que decidió que no fuéramos sino los médicos tratantes. Quedó bien claro en ese audio que el día anterior nos habían rebotado, es decir no tenía la voluntad de que se lo viera», apuntó Di Spagna.