Por Pablo Martínez

Todo cambió en un mes, desde aquel partido con San Lorenzo en el Gigante cuando el Canalla mostró otra cara e inició una evolución notable que lo depositó en los octavos de final de la Sudamericana. El Kily ejecutó un plan, los jugadores entendieron la idea y la llevaron a cabo con altos rendimientos, que genera optimismo de cara al futuro.

Esta noche, Central no ganó pero fue ampliamente superior que el rival, porque en todo momento fue el dominador de las acciones, sometió al rival en su campo, es cierto que careció de profundidad pero nunca abandonó la idea de atacar constantemente.

El objetivo era clasificar, y más allá de que el resultado en contra de Huachipato lo favorecía para seguir adelante en el certamen continental, el auriazul quería ganar el partido para no depender de nadie y lo demostró en todo momento, porque fue encerrando a los paraguayos contra su área, buscando una y otra vez el arco contrario.

No fue casualidad el pasaje a octavos, Central lo justificó con las victorias al Ciclón y Huachipato, después de varios meses para el olvido, donde el Canalla no sabía a qué jugaba.

De cara al futuro, el Canalla necesita mejorar lo hecho en los últimos 30 días, se vendrán los playoffs con los mejores equipos del certamen, y necesitará retomar la contundencia para ir sorteando las llaves del torneo y soñar a lo grande.